LA LIMPIEZA DEL Topol

Viene, pues, a Jerusalén , y entrando Jesús en el templo, comenzó s echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas. Marcos 11:15
“Porque me consumió el celo de us casa; y los denuestos de lo que te vituperaban cayeron sobre mí,” Y lloré afligiendo con ayuno mi alma; y esto me ha sido por afrenta. (Sal. 69:9;10). 

Salomón sintió celo por la casa de Jehová cuando la estaba construyendo. El templo lo construyo en el monte de Sión, ya que la permanencia iba ser eterna. Cierto es, que la construyo basado con los planos del templo original que estaba en el cielo. 

Se cita El Santuario era el objeto del celo del salmista. David mostró su celo al trasladar el arca al monte de Sión (2 Sam.6:12-19). Era la morada permanente para el Señor en jerusalén. 

Cuando Jesús expulsó a los cambistas y a los mercaderes de los atrios del templo, los discípulos recordaron que se había escrito de él: “El celo de tu casa me consume” (DTG.132). 

Todo este capítulo es importante para todos el pueblo de Dios que vive en estos últimos días de la venida de Cristo. 
 
Dios a dado actividades que Dios desea que lleven a cabo los hombres que el ha elegido para la seguridad y prosperidad de su reino. 

El Señor no reúne elemento esparcidos que no ha tenido una experiencia genuina y que no prometen desarrollar verdaderos carácter dinos de confianza, para llevar responsabilidades con la obra de modelar y formar una nación para que realice un sagrado servicio para Dios. 

Jesús es celoso, por qué le justa las cosas bien echas y con orden. En este acto vemos la diferencia de los hijos de Israel en el templo, que pasaban de todo, y poco después el orden que había cuando Cristo saco la inmundicia del templo. 

Cristo quiere hacer lo mismo con nuestro templo, nuestro corazón. En el hay toda clase de inmundicia, ideas malas, vicios, to toda las clases. 

Cristo tienen que sacar todo eso que hay en nuestro corazón a través de las pruebas y las dificultades de la vida. 

El Espíritu Santo entra en escena, trabaja sin descanso para arraigados de estos malas tendencias.

Cristo quiere un templo purificado, el tuyo y el mio. Esta es la gran obra del Espíritu Santo. Cuando dio vuelta a las mesas de los cambistas, Dios proclamó: “El dinero no es lo importante para mí. 

Las ovejas tampoco son importantes. La gente es lo mas importante para mí”. “Dios estará tan feliz cuando una de sus ovejas es limpiada y puesta en el redil de la salvación. 

¡Limpiemos nuestro templo! Y ofrezcamos a nuestro Dios un templo limpio de toda inmundicia. 
MARANATA
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