martes, 7 de noviembre de 2017

LA SIRENA ENCANTADA


Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis Gén. 3:4
La mayoría de nosotros hemos escuchado el antiguo mito de la sirena y los argonautas griegos. 

La leyenda dice que estas bellas criaturas, con la parte inferior de un pez y el torso de una hermosa mujer, aparecían en la superficie a la vista de los barcos que pasaban. 

Usando sus encantos femeninos, engatusaban a los marinos nostálgicos a que se unieran a ella en el mar con el fin de divertirse. 
De acuerdo con la antigua fábula, más de un marino sintió que el llamado era sobrenatural, y saltó por la borda. Inmediatamente se encontró con el trágico resultado, la muerte. 

Los marinos desafiando los peligros e ignorando que el hombre no puede vivir en el agua encontraron su trágico destino. El hombre Cree en las sirenas ese era un desafortunado erro. 

El problema de Adán y Eva al comer del árbol prohibido no es que ellos hayan violado los dictámenes de Dios arbitrario o celoso. 

Su error no fue que comieran de un fruto que Dios había llamado “pecaminoso”. Distraídos por las engañosas promesas del enemigo, ellos (como los marineros con las sirenas) ignoraron el hecho de que ellos no podía vivir separados de Dios o de su creador. Su error fue más que un desatino táctico. 

Fue un engaño mortal. Así como los marineros no pueden respirar bajo el agua, las criaturas de Dios no pueden vivir separados de su primigenia fuente de vida. 

Los antiguos teólogos, creían que Dios puso los dos arboles arbitrariamente. Para hacer caer a la pareja. 

Estos teólogos tenían una gran dosis de incredulidad. Lejos está de la realidad. Los mundos que son habitados por seres inteligentes, no cayeron en la misma trampa, que cayeron Adán y Eva. 

La leyenda de las sirenas es sólo un inocente mito antiguo. Que nos sirve de ilustración de lo que puede hacer satanás con los hijos de Dios. 

No hay, sin embargo, una pregunta más fundamental en el universo que si las criaturas de Dios pueden vivir separadas de una relación co su Hacedor. 

El pecado hace la separación entre el hombre y Dios. El pecado es aborrecido por todo el universo. 
Es realmente espantoso. 
Es por eso que vino Cristo a la tierra, para morir como sustituto del hombre. 

El pecado realmente produce la muerte eterna. Cristo vino a salvar lo que se había perdido, vino, venció, y salvo al hombre. 

Satanás y sus huestes junto con la gran mayoría de los hombres morirán eternamente. 
Cristo sera glorificado en aquel hermoso día. Jesús mostró al universo cuán malo es el pecado.
Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y una dermatitis no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.
Maranata:
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