jueves, 16 de febrero de 2017

¿CONOCEMOS EL ESPÍRITU?


Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el Espíritu de verdad y el espíritu de error. 1º Juan 4:6.
Juan enumera tres hechos definidos en este texto. Refiriéndose al verso 4, donde dice: “Hijitos vosotros sois de Dios”, ahora se incluye a sí mismo y a sus asociados con los creyentes: “Nosotros somos de Dios”. 

No hay duda acerca de eso en la mente de los hijos de Dios. Ellos eran de Dios porque llevan el mensaje de Dios a otros, sin reservas, guiados por su Espíritu. Ese mensaje los hacía hermanos de todo los creyentes. Recalcando aún más la actitud de los creyentes dijo: “El que conoce a Dios, nos oye”. Este es el resultado natural de una fe común. 

A la gente le gusta oír hablar de aquello que cree. Esto es especialmente cierto en la religión. Nos deleita escuchar a los predicadores presentar el mensaje de Dios, y más cuando son de Daniel y el Apocalipsis. Nos deleitamos ir a la Escuela Sabtica los sábados, y de tomar parte en ella. 

Como somos de Dios, Juan que “en esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”. Tenemos la suerte de poder reconocer la diferencia entre el espíritu de verdad y el espíritu del error. ¿De donde nos viene esta habilidad? ¿Puede cualquiera tenerla? ¿Que es el espíritu de verdad? ¿Que es el espíritu del error? 

La biblia es muy clara con respecto a las profecías y a la manera de vivir de un cristiano. El creyente tiene la habilidad de reconocer el espíritu de verdad se adquiere mediante un cuidadoso estudio de la Palabra de Dios. Esto es especialmente cierto cuando uno se rinde a la guía del Espíritu Santo, porque el Espíritu nunca llevará a nadie al error. 

La habilidad de reconocer la verdad del error viene, entonces, de Dios a través de su Espíritu. Tendrá esa habilidad todo aquel que aprenda a ponerse en las manos del Espíritu Santo. Como el Espíritu de verdad es el Espíritu Santo, debemos concluir que el espíritu de error no es el Espíritu Santo y no viene de Dios. 

La fuente del espíritu de error debe ser una fuente que se opone a Dios y a la verdad de su ley. ¿Cual es esa fuente? Es Satanás mismo, es el que infunde doctrinas contraria a las de Dios. Hoy más que nunca y con sutileza, Satanás emplea métodos muy persuasivos de error para atrapar a hombres y mujeres. 

Sus errores se acercan a la verdad tanto como le sea posible para que pueda engañar, si fuese posible, a los escogidos, y lo está haciendo. ¿Estamos escuchando la voz del Espíritu Santo?
(Espero que me contéis vuestras experiencias cortas y concisas, ya que quiero hacer una matutina con vuestras experiencia.Correo siguiente.)cuentatuexperiencia.@hotmeil.com
Maranata.
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