jueves, 26 de febrero de 2015

TOLERANCIA Y COMPRENSIÓN. PEIMERA PARTE.


Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová esta en este lugar, y yo no lo sabía. Gén.28:16.

Si nos atenemos al texto, y contrariamente a lo que surgieren algunos comentadores, la declaración de Job es muy significativa. No es una evidencia de que él concibió la idea de que Dios se aparece solamente en ciertos lugares consagrados al culto o que él había llegado a un lugar especial.

Lo que Job trata de trasmitir al creyente, es una expresión de su sorpresa y gozo al encontrar que, al paso que él se había imaginado que estaba solo, en realidad estaba en la misma compañía de Dios. En cierto sentido la declaración de Jacob fue una acusación contra si mismo.

Fue al sentirse desamparado por la situación en que se encontraba, fue cuando se encontró más cerca de Dios y ese momento fue más real que nunca.

Yo podría contar experiencia más o menos de este tipo, de personas que vivieron una experiencia con Dios en un sentido no de verlo, pero si de experimentar su paz.
Corría el año 1967, yo experimentaba una situación muy difícil después de mi conversión.

Cierto día vino ami casa un “amigo” y me pidió que fuera al colportage con el, acedi, y nos fuimos a Andalucía, y parte de Extremadura España. Fue muy duro vender las bellas historia de la Biblia, y Libros de Salud, como la Madre y el Niño.

Un viernes al medio día, salimos desde Merida a Sevilla, era verano, con una temperatura de 38 grados y a veces superaba los 40 grados. Salimos juntos y llegamos juntos a Sevilla. Yo no savia lo que allí me esperaba, mi supuesta novia me dejo, pase un sábado mal. Pero Dios conociéndome muy bien, puso a una persona para consolar mi sufrimiento, yo no entendía nada, creía que las mujeres del pueblo de Dios, era diferentes a las del mundo. ¡Que equivocado estaba! ¡Pero cuantas gracias tengo que dar a mi Dios por quitarme a esa mujer! No hay palabras, solo lagrimas y gratitud.

El día siguiente, domingo, siete de la mañana, nos pusimos mi compañero y yo, hacer auto stop, viaje duro, a
unos 40 grados, por la carretera de asfalto que va desde Sevilla a Merida por la N-V, que hay 189 Km. 

Así estuve andando durante cuarenta kilómetros, nadie me paraba. Tuve mucho tiempo para pensar sobre mi vida. Recuerdo que en un pequeño montículo cerca de la carretera había una pequeña casa hecha de cartón y madera, su vi la cuesta para pedir un vaso de agua.

Con cuanto cariño vi a esa mujer darme el vaso de agua, hoy lo recuerdo y no puedo evitar que las lagrimas salga por mis ojos.

Pero aun me quedaba mucho camino por recorre, salí a la carretera, seguí haciendo Auto Stop, pero nadie me cogía. Eran entre las siete y las siete y media de la tarde cuando llegue a un pueblo, cuyo nombre no quiero acordarme.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Dedicada a mi esposa Susana.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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