domingo, 15 de febrero de 2015

LA INFLUENCIA DE UNA MADRE.


Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 2º Tim.1:5.

Pablo recuerda la la madre de Timoteo, en unos tiempos difíciles para la mujer, creo que no hay tanta diferencia en nuestro siglo. Yo me crie en un hogar católico, mi madre era devota de una cofradía católica. En mi casa todos los viernes rezábamos el rosario.

Mi madre en los tiempos de la posguerra, se tenia que ir a los pueblos, para comprar mercancías y después venderlas en la ciudad. Recuerdo a mi madre, que muchas noches nos enseñaba a rezar, y por el invierno al rededor del fogón, ella cosía nuestras ropas, y nos contaban historia de Maria la madre de Jesús.
Tal era la devoción de mi madre, que me metió en un colegio para que fuese cura, Fui monaguillo y cantaba en el coro de los infantes, una vez al mes íbamos a cantar a la virgen del Pilar.
Pero Dios tenia otros planes para mi. 

El recuerdo que tengo de mi madre es muy grande, gracias a ella me crie en un hogar cristiano, y temeroso de Dios. No importa de que religión, Dios prepara a sus hijos en diferentes sitios lugares y incluso en diferentes religiones, todo con el propósito de servirle a él en el momento adecuado.

Pasaron los años, y un día regrese a España, aquí conocí el evangelio, y Dios me hizo ver que su pueblo era el que él me había enseñado. Dios uso el método más sencillo del mundo, me hizo atravesar el pacifico para poderle servir en España, el me condujo hasta la iglesia, y fui bautizado en el Señor en el año 1967. Desde entonce guardo los mandamientos de Dios.
Y mas tarde mi madre y mi padre, se entregaron al señor uy pudieron guardaron el Sábado. Cuanto puede hacer una madre por sus hijos, y cuantas gracias tengo que dar a Dios por ello.

Cuantas madres se desviven por sus hijos, cuantas noches de desvelos y sufrimiento. Tales cosas los hijos no lo comprende hasta que ellos son padres. Cuantas gracias tenemos que dar a Fdios, por nuestras abuelas y madres, que se desvivieron por cuidarnos y darnos una buena educación cristiana.

Timoteo tenia una abuela cristiana, temerosa de Dios al igual que su madre. Yo me admiro cuantas madres hay consagradas en la enseñanza de la palabra. “La palabra era la regla y debe ser la regla en todas las madres, estén en Australia o en America, o en Europa.
El poder espiritual que reciben los hijos es fragancia en el altar del incienso, toda lagrima de las madres serán recompensado en el día que Cristo venga, Amen. Dedicado a mi esposa, todo es hecho por ella. 
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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