lunes, 16 de febrero de 2015

EL HOMBRE Y SU HOGAR. PRIMERA PARTE.


Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Efe. 5:22.

Es notable el paralelismos hace Pablo entre la relación conyugal y la del creyente con Cristo. En esta declaración de Pablo no (existe el machismo ni el feminismo.) Puede haber lectores superficiales y que interpretan mal el testo. Pablo esta ablando de la ética dentro del hogar. “Las casadas estén sujetas a su propios maridos”. La mujer no es inferior a su marido, ni tampoco ella es superior a su marido.
Si entendemos el contesto, nos esta diciendo “sujeta a su marido como al Señor”. Encontramos que la verdadera relación entre el marido y la mujer no implica inferioridad de esta. ¡No! Todo lo contrario, a la vista de Dios los dos son iguales.

El sometimiento de la esposa no es la sumisión de una esclava.
Aunque por desgracia hay hombre que así lo entienden, no importan que sea no creyentes o creyentes; a la vista de Dios es deshonroso.

Por razones obvias, toda organización, incluso la Iglesia debe tener una cabeza. Es el plan de Dios que el hombre sea la cabeza de la empresa familiar. Pero por desgracia hay hombre que no saben ser cabeza de familia, o no llegan o se pasan, y la mujer tiene que hacer de cabeza de familia.

Tenemos que reconocer humildemente, que sin ellas, seria un desastre en la familia. El plan de Dios no era así. Pablo hace referencia al Gén 3:16. Pues el hombre a sido puesto por su hacedor, fue creado por el mismo Dios. Al igual que Cristo es cabeza de la Iglesia.

Pablo no rebaja a la mujer, pues el mismo da consejo a la mujer, como debe de ir vestida, como debe de comportarse en la sociedad. Pablo tenia todo esto en mente.

A partir de la investigación de los textos estrictamente paulinos y comparando con referencias que reflejan la posición que ocupaba la mujer en la sociedad judía y romana del siglo I, Pablo valoró el papel cualificado que desempeñaron muchas mujeres por él conocidas en el marco de las primeras comunidades cristianas. 

El pensamiento del Apóstol mostró además en qué sentido superó la distinción de los sexos, que para él quedó abolida de la misma forma que las divisiones de orden racial o social: «Ya no hay varón ni mujer, todos sois uno en Cristo Jesús» Galatas 3:28.


El error esta en esos grupos de “liberación feministas” que quieren controlar el mundo con su influencia, han caído en un gran error de pensar que el cristianismo, el cual le deben lo mejor de su situación actual, ellas dicen que es un obstáculo para el progreso. No es así. Si desapareciere el cristianismo reaparecería la ley de la fuerza bruta.

Bajo esa ley la mujer no tendría esperanza alguna, salvo en su esclavitud sea menos dura y más soportable. Tratar de liberase de la ley cristiana significa volver a la servidumbre del paganismo. 

 El matrimonio es una institución sagrada y a menos que esté estructurada sobre los principios trazados en la Palabra de Dios, hay pocas esperanzas de que goce de felicidad perdurable.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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