viernes, 6 de febrero de 2015

EL PECADO DEL SILENCIO.


Luego se digiero el uno al otro: No estamos haciendo bien, Hoy es día de buenas nuevas, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzara nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. 2º Reyes 7:9.

A la verdad este verso no es muy hermoso, pero nos enseña una importante lección. El autor se refiere al sitio de samaria por los sirios en los días de elíseo. El asedio por los ejércitos era brutal, los alimentos de la ciudad sitiada era de una gravedad brutal.

Hasta que punto llego la situación que la cabeza de un asno se vendía por ochenta pieza de plata. Claudio Josefo, cuenta que la situación era tan critica, que muchos pensaron comerse a sus hijos. (Josefo antigüedades xii). A los judíos les aborrecía comer algo inmundo, como cerdo, caballos si lo había, y asnos etc.

Josefo cuenta que en masada las mujeres mataban a los niños recién nacidos y se los comían, este hecho esta profetizado. (Josefo Antigüedades xiii). Solo quiere que usted se ponga en esa situación, ¡Oh si! Se lo que esta pensando, pero cuando uno esta en una situación desesperada, come lo que sea para subsistir. ¿Se acuerdan del famoso avión que callos en los andes, y tuvieron que comer la carne de los muertos? El hombre nunca puede decir de esta agua no beberé.

Cuando los leprosos se sentaron junto a la puerta de la ciudad, medio muertos de hambre. Después de mantener un dialogo entre ellos si debían de morir de hambre y por una espada. Decidieron de entregarse a los sirios, muertos estaba ya, así que se dirigieron al campamento. Al aproximarse al campamento encontraron cantidad de alimentos.

El ejercito sirio habían huido la noche anterior, al escuchar un gran ruido que provenía de Dios. No tardaron en comprender que Dios había hecho ese milagro, y que ellos tranquilamente se saciaron de las viandas encontradas. Dentro de la ciudad estaban muriendo mujeres, niños ancianos, pero en este lapso los leprosos pensaron en si mismos.
Lego un momento que recapacitaron y se dieron cuenta de su buena suerte significaba tanto una responsabilidad como una oportunidad. Una mala conciencia reconoce que quien hace el mal debe pagar su culpa. ¿Cual es la paradoja para el pueblo de Dios? El pueblo de Dios esta bebiendo de la abundancia que Dios le da, pero es incrédulo a la hora de trabajar para Dios,esta en un letargo que le puede llevar a la muerte eterna.

En la iglesia ay personas que por causa de la lepra del pecado hemos hallado a Cristo y nos volvemos modo sin preocuparnos por las personas que están en el mundo. Deberíamos hacer como estos leprosos, dar la buenas nuevas de la salvación al mundo, y no ser ociosos en nuestra manera de vivir.

Hoy es el momento de dar las nuevas de que hay alimento espiritual para el pecador. El Evangelio hay que compartirlo con los demás, porque sino tendremos que dar cuentas en el tribunal de Dios.
Si ponemos atención en estos puntos: 1º Los leprosos no tenían nada que perder, de todas formas iban a morir.
2º Dios en su gran misericordia les pro bello de alimento y de ropa, también de oro y plata.
3º Su experiencia y remordimiento los indujo a recapacitar y volvieron a la ciudad a dar la noticia.
4º ¿Esto no es una advertencia para el pueblo de Dios?
No cometamos hoy el pecado del silencio. En algún lugar, de algún modo, expresamos gratitud por la bondad de Dios. Estamos perdidos, y ahora somos salvos. Estábamos muriendo de inanición, y ahora estamos saciados. ¿Que vas hacer tú?
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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