domingo, 22 de febrero de 2015

LA INFLUENCIA DE LOS PADRES


Y vosotros, padres, no provoquéis a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efe. 6:4.
Las madres son indulgentes con sus hijos, pero por otra parte, los padres generalmente necesita mas el consejo que viene a continuación, ya que los padres muchas veces son demasiados severos.
Los padres no deben de provocar. Esta prohibición es esencial porque la obediencia que se pide de los hijos debe descansar sobre una base moral. La razón para esta admonición se encuentra en el pasaje paralelo de Col, 3:21: “Para que no se desalienten”.

La actual decadencia de la autoridad de los padres se origina, a veces, en las exigencias injusta, irritantes, o aun brutales que los padres imponen a los hijos, especialmente a los desobediente.
El pastor J.R. Spangler dice: Después de un culto, se le acerco una niña, se sentó a su lado y guardo silencio, no quería hablar. El Pastor se inclino y oro en silencio, pidiendo que la niña me contara su problema.
Finalmente me dijo: “No comprendo que quiere decir usted cuando afirma que Dios no ama como su padre terrenal”. 

Su voz se quebró y comenzó a llorar. Mi padre es alcohólico y me trata muy mal y terrible. No recordaba ninguna palabra de elogio por parte de él. Y jamás nunca le dijo que la amaba.

Abecés le echaba a puntapiés por la escalera. Cuantos padres hacen esto, o cuantos padres hacemos esto, los niños retienen para toda su vida ciertos hechos a carecidos en su vida, y nunca lo olvidan. Este echo nos debe de hacer de reflexionar como padres. ¿Como me he portado en mi hogar? ¿Deseaba tanto que mi hijo fueran perfecto que me olvidé que yo mismo no lo soy? ¿estaba fijando para ellos una norma más elevada que para mí mismo, una norma de adulto que ellos no podían alcanzar?

El versículo de hoy se refiere al hermoso equilibro que debe existir en la relación de los padres con sus hijos. Gran parte de la rebelión juvenil se debe, no solo a las faltas de éstos, sino a las de su padres. Cuando hay amor la disciplina se debe emplear, pero a veces no se aplica con amor.

El rey de este mundo induce a los padres a condenar, castigar, criticar y comparar con otros niños. El otro extremo consiste en dejar que el joven o niño viva como le de la gana y haga lo que quiera y tomo sus propias decisiones cuando todavía no esta maduro para hacerlo. Resultado que estos jóvenes se van de casa para hacer su propia vida dentro del mundo, y fuera de la iglesia.
Pero nuestra sociedad esta llena de grandes prejuicios, de intolerancia, los padres tienen que ir a trabajar de noche, y la madre de día, y el niño acampa a sus anchas. 

Debemos dar un buen ejemplo. “Más bale perro vivo, que león muerto” Manifiéstese el amor dentro del hogar, y en tus relaciones con tu esposa, y especialmente con vuestros hijos.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Dedicada a mi esposa Susana.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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