sábado, 21 de febrero de 2015

EL DIAMANTE ENCONTRADO EN EL DESIERTO.


Le da ella bien y no mal todo los días de su vida. Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Prov. 31:12-14.

Es posible, que alguna vez las mujeres se cansa de hacer el bien. Quizá su esposo no ha elogiado sus buenas obras, o ha parecido tener más interés como su esposa es buena ama de casa y como compañera, y por lo cual se vuelve perezosa y despótica.

Tuve un amigo que conoció a una linda mujer, en apariencia. Se enamoraron, y al poco tiempo se casaron. Con el tiempo tuvieron hijos, pero la relaciones no eran como debían ser. Todos sus amigos incluido yo, veíamos como esa mujer era orgullosa y arrogante, era la típica mujer ingerida por su estatus social.
Y como todos sabíamos termino en divorcio. Mi amigo sufrió mucho, fue dando tumbos de un lado al otro, mujer aquí, mujer halla, lo cierto es que hoy sigue solo y apartado de Dios. 
Este es el caso típico de la insensatez de una mujer que quiso ser mas de lo que las circunstancia le permitía.

Oto caso todo lo opuesto, una amiga de mi esposa consagrada encontró un joven al cual se enamoro y se casaron. El matrimonio trajo consigo un hogar, tarea que exigió mucho tiempo. Es difícil acoplar dos caracteres opuestos. Uno tiene que ceder en unas cosas, la esposa tiene que ceder en otras y ambos tienen que ceder, hasta que el tiempo los va acoplando para ser una sola cosa.
Maria era muy meticulosa, estaba pendiente de todo, a veces tenia que ir a comprar la harina a bastante lejos, y el gluten, también la levadura y otra cosas para el hogar. 

Carlos comprendió que su amada esposa trabajaba mucho, y trato de ayudarla. Gracias a Dios hoy día hay mujeres con habilidad de comprar lo mejor al mejor precio, no importa la distancia que tenga que andar, son dones de Dios dado a la mujer.

A Maria le encanta presentar en la mesa lo mejor de sus conocimientos culinarios a su marido. La esposa descrita por el rey Lemuel pondrá sin duda en primer lugar a su esposo y al trabajo que este hacia. La satisfacción que él siente en su trabajo repercute en el hogar. La esposa que se esfuerza para que el marido progrese en su trabajo, contribuye notablemente al éxito de la vida conyugal.
Ella planifica con los pocos o muchos recursos que tenga la felicidad del hogar. Hay que tener carácter para dar el bien y no el mal al esposo. Hay mujeres muy sufridas, y todas las lagrimas derramadas Dios las pone en su balanza. 

Hay que tener carácter para dirigir el hogar de manera tal que el esposo no carezca de “ganancias” (ver.11) Hay que tener caracteres para amar al esposo con un amor tan grande y genuino que se dé el primer lugar en la vida, después de Dios.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa, solo ve de un ojo.
Dedicada a mi esposa Susana.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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