UNA RECTITUD CORRECTA.

¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era licito comer ni a él ni a los que con él estaba, sino solamente a los sacerdotes.? Mat. 12:3, 4.

Caminar por en Sábado por el sembrado no pudo haber sido considerado lo más apropiado en los días de Jesús, pero el arrancar las espigas ya maduras y comer el grano ciertamente lo era. 

Señalando a los discípulos unos transgresores de la ley, algunos fariseos que habían notado lo que ellos estaban haciendo encresparon al Maestro acerca de esta actitud en la cual estaba prohibida. 

La respuesta del Maestro no se hizo esperar. La respuesta de Jesús les dolió y los sacudió. En nuestro siglo XXI también podría increpar algunos dirigentes, por su actitud. 

Jesús les trajo a la memoria de lo que hizo David, cuando sus compañeros y el comieron los panes de la sagrados del templo. 

En esencia de un acto “ilícito” como un precedente para la inocencia de sus discípulos. “si supieres qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mat.12:7). 

El reproche que hizo Jesús a los dirigentes ¿se podía aplicar hoy algunos de los dirigentes?  

Hay un pasaje muy escueto pero tan significativo como el primero. Oseas 6:6, podríamos traducirlo así: “Lealtad quiero de vosotros, ese es mi deseo” y no sacrificios”.  "No hacer tu voluntad".

Todos daremos cuenta de lo que hacemos para el Señor, tarde o temprano. ¡Dios estableció las reglas y no el hombre! ¡Y Jesús vino para cumplir la ley (las reglas), no para abrogarlas (Mat.5:17). 

Jesús quería que estos hombres teólogos de aquella época, maestros y sacerdotes, que mirasen más allá de las reglas al Dador de las reglas. 

¿Pero que difícil es hacer esto? Nos creemos demasiados sabios. Vemos que el propósito de la ley es atraernos la voluntad del Padre. Era nuestro ayo asta que viniera Cristo (Gal. 3:24), al venir Cristo sería revelado el carácter del Padre. 

Los sacrificios se hacían por que el pueblo estaba mal informados acerca de Dios, y consiguientemente se comportaban de manera errónia. Hoy el pueblo de Dios tiene gran luz, pero nos pasa como al pueblo de Israel, nos falta entendimiento. 

Cuando David y sus hombres comieron los panes de la proposición, David reveló que entendía que el propósito esencial de Dios al establecer los servicios del templo era nutrir a Israel para que volviera a una relación saludable con su Dios. 

Hoy desea Dios lo mismo, esa estrecha relación entre su pueblo y Él. Sólo por medio del estudio de la Palabra y la oración, podemos tener esa relación con Dios. Esta es nuestra última oportunidad, mañana no lo sabemos.

[Gracias por buestras oraciones, estoy bastante bien de los picores, aunque es proceso es lento, aun que espero con la ayuda de Dios se me corija. No se vuestras creencias, pero se que Dios os escucha. Ruego a Dios que os de su bendición. Gracias por todo].
Maranata.
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