sábado, 28 de diciembre de 2024

LA BONDAD DE UNA MUJER.

Y dijo a sus jóvenes: Id delante de mí, que yo os seguiré luego. Pero nada declaró a su marido Nabal” (1º Samuel. 25:19.)

Una de las cosas que más me gusto de los países que visite en el Magree, fue la lealtad de las mujeres. 

Cuando una esposa respeta a su marido y viceversa, se establece una armonía que Dios aprueba, pero siempre en el marco de la voluntad divina. 

Abigail , era una mujer del desierto, reconocida por su bondad, y su carácter según lo que establece Cristo de una mujer, y era la esposa de Nabal. 

En esta historia vemos el contraste de lo que es el orgullo, y vemos el amor por sus semejantes en oposición a Nabal. 

David solicita alimentos para sus hombres, ya que David había cuidado del ganado de Nabal. En un momento de necesidad, David pidió ayuda, pero Nabal se la negó. 

Nabal acuso a David y a sus hombres falsamente con el fin de justificar su actitud egoísta. ¿Cuántas veces nos comportamos así nosotros? 

No miramos la necesidad urgente que tiene el que nos pide ayuda. Dios bendijo mucho a Nabal, pero su actitud fue egoísta con los de más. Abigail fue notificada por un siervo de lo que había ocurrido. 

Abigail comprendió las consecuencias que esto causaría a Nabal. Un acto de bondad por Abigail hacia David, llegó a ser habitual en su vida. 

Ella había transformado la necedad de Nabal en una nueva oportunidad para su vida, con la esperanza de que él pudiera ver la belleza de un concepto enteramente diferente de la existencia. 

Esta mujer se presento ante David, como la causante del mal proceder hacia David, y por lo tanto debía de recibir el castigo. Que ejemplo podemos aprender de esta bella acción. 

Cierto es que Dios aprobó el procedimiento de esta mujer y las evidencias revelaron su carácter y nobleza de espíritu. 

Muchas mujeres hay en este mundo como Abigail, mujeres temerosas de Dios, que no se atribuyen a sí mismas su bondad, sino que estos atributos pertenecían a Dios puesta en ella. 

Cuando hacemos algo para Dios, esos atributos deben de glorificar a Dios, pues Él nos lo a dado para beneficiar a otros. 

Nuestro deber como creyentes en Cristo, es de reflejar el carácter de Nuestro Señor hacia los de más. Así glorificamos a nuestro Dios. 

La insolencia de su esposo lo llevo a reflejar su carácter, y las consecuencias fueron fatales para el. Debemos familiarizarnos con la verdadera piedad.

MARANATA

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