Vivimos en un siglo de contradicciones. Siglo de pandemias y de gripe, de Sida y otras enfermedades que no vale comentar. Pero a pesar todos los problemas de la humanidad, vemos cómo la Venida de Nuestro Señor Jesucristo se acerca.
Pablo veía aproximarse lentamente su destino. Y la semana de descanso en Puteoli había dado tiempo para que la noticia de la llegada de Pablo se difundiera entre los creyentes de Roma.
Según Rom. 16:3-15, entre los creyentes de Roma Pablo tenía parientes y amigos. Pero también había enemigos que querían poner fin a su vida (Judíos), y así poner fin a su ministerio.
Este problema ha existido siempre a lo largo de la historia. Dios le había señalado a Wiclef su obra. Puso en su boca las palabras de verdad y colocó una custodia en derredor suyo para que esas palabras llegasen a oídos del pueblo.
Su vida fué protegida. y su obra continuó hasta que hubo echado los cimientos para la grandiosa obra de la Reforma.(CS. p.99). Pablo contemplo el foro de Apio.
“La plaza del mercado de Apio”. Que pertenecía a la familia de este nombre recibió el suyo la famosa Vía Apia, que va desde Roma hasta Brindisi.
Quien no conoce la Vía Apia, lleno de cruces y de hombres crucificados.Durante muchos siglos esta avenida fue recordada por muchos reformadores, pues también allí crucificaron a Cristo.
La gratitud de Pablo por haber hecho el viaje a salvo, pudo ser apreciado por los cristianos de Roma.
Pablo encontró razones para cobrar aliento así como para experimentar una nueva seguridad en la conducción de Dios.
A lo largo de los siglos los hijos de Dios como el Apóstol Pablo, recordaremos cómo Dios nos ha ayudado en nuestra vida, y cómo nos a salvado de la muerte en muchas ocasiones.
Pablo puso en su Dios su confianza, y fue un optimista. Pablo en la ciudad donde estuvo prisionero con cierta libertad, escribió barias cartas que se han conservado a través de los siglo.
Por mucho o por poco, todos los hijos de Dios, aquellos que guardan sus mandamientos, fuésemos como Pablo.
Debemos de convertirnos en gigantes de la fe como lo fue Pablo y avanzar hasta la meta y presenciar la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Amen.
MARANATA.
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