lunes, 23 de noviembre de 2020

¿EL CRISTIANO ES RESPONSABLE?

El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: A los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, vida eterna Romanos 2:5-6.

La biblia deja muy claro que el hombre no se salva por las obras sino por la fe y la gracia de Cristo, pero esto incluye guardar la ley. 

La condición mental del hombre es tal, que la bondad y la paciencia de Dios pronto no tendrá efecto en el hombre. 

La gran mayoría de la humanidad rechaza a un Dios misericordioso, ya que no quieren arrepentirse. No ha habido un cambio de actitud en el corazón del hombre.

La dureza continuada de su corazón voluntariamente sigue aumentando diariamente a pesar de la dirección de Dios. 

El hecho es que Dios juzgará los hombres de acuerdo con sus obras, y recompensará a los que perseveran “en el bien hacer”. 

El que rechaza de las riquezas de la bondad trae como consecuencia un atesoramiento de ira. Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado. 

Luego el que rechaza el amor de Dios no esta en la misma condición del que nunca ha conocido la gracia divina. 

El resistir persistentemente el amor de Dios gradualmente acumula ira para el día de la retribución (Deut. 32: 34-35). 

Luego las obras no salvan. ¿Luego es un medio para la salvación? No. La salvación solo se consigue únicamente por la gracia de Cristo. 

El hombre es incapaz de guardar la ley de Dios por si mismo. La buenas obras que se hagan con el propósito de ganar el cielo, están en un gran error. 

Lo que sucede es esto: La gracia de Dios estableció un plan por el cual el hombre podría salvarse. Este plan consistía en la muerte del Hijo de Dios.

El hombre acepta esta provisión solo por la fe. Después de aceptarlo y guardar sus mandamientos, se convertirá en hijo de Dios y candidato para la inmortalidad. 

Cuando el hombre comprende que ha sido redimido por gracia comprenderá que tiene un Redentor en el cual confiar. Dios establecerá un juicio. 

El “día de la ira” donde se revelará a los hombres y a los ángeles -tantos buenos como malos-- que Dios es un juez justo. 

Esta revelación consistirá en retribuir a cada hombre y mujer de acuerdo a sus obras, sean buenas o malas (DTG. 711-712; CS. 726). 

Cuando venga el día del juicio, este hombre que ha aceptado la gracia estará estará viviendo viviendo o habrá vivido una vida ejemplar.

Durante años, posiblemente, ha continuado “perseverando el bien hacer”. Como resultado de esto, Dios le dirá: “Bien hecho, buen siervo y fiel”. 

Y él sabrá que a no ser por la gracia de Dios nunca habría podido ser un “buen siervo fiel”.

MARANATA.

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