sábado, 11 de julio de 2020

UN CANTO DE ALABANZA.

Jehová tu Dios está en medio de ti, poderosos, Él salvará; se gozarás sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cántico. Sofonías 3:17.
Te renuevas por su amor”. La Biblia resalta el inmenso amor de Dios por la raza humana. 

Es tan grande el amor de Dios por su pueblo y tan grande gozo que siente, que se le representa con cánticos de alabanza. Esto es una repetición en toda la Biblia. 

Es la joya del pensamiento que esta en la colección de promesas. No olvidemos que estamos en el exilio, y que debemos de demostrar nuestra amor a Dios a través de la al avanza. 

Muchos siglos han transcurrido desde la promesa hecha a Adán, y a Abraham. Y durante ese tiempo la alabanza a nuestro Dios han salido de los labios de su pueblo. 

Muchos hijos de Dios, han presentido la presencia de Dios al cantar himnos de alabanza. Muchos hemos llorado y nos hemos conmovido. 

Recuerdo una experiencia vivida con la coral en la que estoy todavía, fue en un pueblo de los Pirineos españoles, llamado Biescas. 

De las 12 canciones, había una muy especial, en la segunda estrofa, el director empezó a llorar y su rostro se lleno de gozo. 

A la sazón muchos del coro sentimos vibrar nuestro corazón de gratitud a nuestro Dios y muchos lloramos. 

Muchos de ustedes han sentido la experiencia de Dios, en la derrota, la amargura, y en la desesperación y otras experiencias angustiosas, pero siempre hemos hallado la presencia de Dios en nuestra vida. 

Hemos mirado a su excelsa morada y como el salmista nos hemos maravillado de maravillado de Aquel “que anda sobre las alas del viento” hemos derramado nuestras lagrimas dando gracias como el salmista. (Sal. 104:3). 

Hace un tiempo que tengo la costumbre cuando me levanto por la mañana, de ponerme en comunión con mi Dios. Suelo canta el salmo 3, y después de ponerme en comunión con mi Dios, suelo terminar cantando dos salmos y termino dando gracias a Dios. 

Os lo recomiendo que experimentareis esto. Se ha convertido en parte de mi vida tanto por la mañana como por la noche. 

Creo sinceramente que la alabanza a nuestro Dios es cómo incienso agradable. 

Creo sin embargo, al familiarizarnos mejor con nuestro Señor, nos damos cuenta de que está en la misma naturaleza de Dios en regocijarnos sobre su creación y sobre sobre nuestra redención. 

Con esta acción, reportamos gran gozo al corazón de Dios cuando le permitimos salvarnos. ¡Gracias a Dios porque él es diferente! 

El esta cantando con gozo aún de que tú y yo lo estemos haciendo. ¡Cantar alegres a Dios, habitantes de toda la tierra! ¡Cantad al Señor un cántico nuevo, canta su alabanza desde los confines de la tierra.
MARANATA.
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