Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo. El cual murió por nosotros, para que o que valemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. 1º Tesalonicenses. 5:9-10.
Ruego por nuestro Señor Jesucristo que este glorioso pensamiento inunde tu corazón y el mio, y disipe toda sombra de tristeza y desesperación.
Pablo nos esta presentando su compresión de los propósitos de Dios como la base de la esperanza y la salvación del Cristiano sincero.
En la palabra se le dad muchos significados, pero todos son resumidos con el mismo resultado. Es decir: Puesto “fijar”, “colocar”.
Se ha traducido como “poner” en Mat. 24:51 y Lucas 12:46 y se le dá como “construir” en 2º Tim. 1:11 y Heb.1:2 se le dá como “destinar” y en 1º Pedro 2:8.
Estas palabra se refieren al propósito de Dios para con los hombres, ya que Dios quiere el bien del hombre y de las mujeres, y esto asido siempre así desde el principio de la creación. Ver Juan 3:16-17; 2º Pedro 1:9.
Es el amor de Dios para el hombre. Pero el hombre en su gran mayoría es o son agnóstico, y otros creen en un Dios por tradición y no por convicción.
Pablo en su e pistola a los Romanos 1:18 nos da cual degradante es el pecado para Dios.
El propósito de Dios es que todos se salven y lleguen al conocimiento de Dios. El Señor nos invita a ir a Él.
A todos los sedientos: Venid a las aguas. . . y los que no tienen dinero, venid , comprar, sin dinero. . . Juan 7:37; Nos invita a beber de su palabra y de su conocimiento. Y en Apc. 22:17, nos invita a tomar del agua de la vida.
Todo esto a sido posible a través del gran sacrificio de Cristo en la cruz. Pero como toda dádiva dada por Dios, tiene un tiempo de caducidad.
El tiempo se termina cuando menos lo esperemos. Es hora de experimentar esa gracia que nos es ofrecida a través de Cristo. Por toda eternidad estudiaremos esa gracia.
Pero mientras estemos en la tierra, su amor no puede ser comparado ni igualado. A Dios se le adora en espíritu y en verdad, no a través de imágenes fatuas.
Dios quiere que comprendamos que tiene derecho a la mente, el alma, el cuerpo y el espíritu: a todo lo que poseemos. Somos suyos por creación y por redención.
Aceptemos pues el amor de Dios y crezcamos en la compresión de su bondadoso carácter hasta que reflejemos en todo detalle de nuestra vida cualidades similares de amor.
Con este propósito en nuestra mente seremos incondicionalmente de él, así como él es incondicionalmente nuestro. Hoy te invita Cristo a experimentar de ese amor, y él te dará el agua viva.
Se ha traducido como “poner” en Mat. 24:51 y Lucas 12:46 y se le dá como “construir” en 2º Tim. 1:11 y Heb.1:2 se le dá como “destinar” y en 1º Pedro 2:8.
Estas palabra se refieren al propósito de Dios para con los hombres, ya que Dios quiere el bien del hombre y de las mujeres, y esto asido siempre así desde el principio de la creación. Ver Juan 3:16-17; 2º Pedro 1:9.
Es el amor de Dios para el hombre. Pero el hombre en su gran mayoría es o son agnóstico, y otros creen en un Dios por tradición y no por convicción.
Pablo en su e pistola a los Romanos 1:18 nos da cual degradante es el pecado para Dios.
El propósito de Dios es que todos se salven y lleguen al conocimiento de Dios. El Señor nos invita a ir a Él.
A todos los sedientos: Venid a las aguas. . . y los que no tienen dinero, venid , comprar, sin dinero. . . Juan 7:37; Nos invita a beber de su palabra y de su conocimiento. Y en Apc. 22:17, nos invita a tomar del agua de la vida.
Todo esto a sido posible a través del gran sacrificio de Cristo en la cruz. Pero como toda dádiva dada por Dios, tiene un tiempo de caducidad.
El tiempo se termina cuando menos lo esperemos. Es hora de experimentar esa gracia que nos es ofrecida a través de Cristo. Por toda eternidad estudiaremos esa gracia.
Pero mientras estemos en la tierra, su amor no puede ser comparado ni igualado. A Dios se le adora en espíritu y en verdad, no a través de imágenes fatuas.
Dios quiere que comprendamos que tiene derecho a la mente, el alma, el cuerpo y el espíritu: a todo lo que poseemos. Somos suyos por creación y por redención.
Aceptemos pues el amor de Dios y crezcamos en la compresión de su bondadoso carácter hasta que reflejemos en todo detalle de nuestra vida cualidades similares de amor.
Con este propósito en nuestra mente seremos incondicionalmente de él, así como él es incondicionalmente nuestro. Hoy te invita Cristo a experimentar de ese amor, y él te dará el agua viva.
MARANATA.
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