sábado, 4 de julio de 2020

LA GRAN SABIDURÍA ESTA EN DIOS.

Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia. Job.28:28.
Vemos la actitud de Job hacia sus amigos, nos relata los contenido de una mina, y cómo la tierra se puede sacar el pan y las frutas etc. 

Pues los primeros versos de Job 28, describe el trabajo de las mina y del campo. Para el hombre es lo máximo que puede realizar para sentirse satisfecho. 

Pero Job quiere ir un paso más hacia delante. Y pregunta ¿Que es la sabiduría? Y la respuesta la da el mismos: “El temor (oh respeto) del Señor”. 

El debido reconocimiento de Dios y la sumisión a él son los factores esenciales. 

La humildad, la reverencia, el respecto, la adoración, la fe; éstos son aspectos de la sabiduría que sobrepasa el conocimiento terrenal. 

Pero nos encontramos en un mundo, donde no hay respeto a Dios, donde su nombre es blasfemado, donde el hombre va en busca de una inteligencia superflua y banal; donde su dios es la inteligencia y la razón del hombre y no hay cabida para Dios. 

¿Que es la inteligencia? Simple y llanamente “”apartarse del mal” Pero para el hombre, este concepto es arcaico. La inteligencia no es sólo intelectual; es ética. 

Exige una norma de vida y de conducta. Reverencia y rectitud son los dos grandes requisitos para el hombre. 

Podemos ser el hombre más ricos del mundo, el hombre más poderos de la tierra, pero sin una rectitud, una reverencia, y una sumisión a Dios; te conviertes en un hombre necio y ignorante. 

El profeta Miqueas nos dice: Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y ¿qué pide Jehová (Dios) de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios. Y remite a Miqueas 6:8. 

La respuesta que dio Dios a Miqueas no era una nueva revelación ni representaba un cambio en los requerimientos divinos.

El propósito del plan de la salvación - a saber, la restauración de la imagen de Dios en el alma humana – que había sido revelada a Adán, y el conocimiento de este propósito había sido transmitidas a la generaciones sucesivas. 

Sin embargo, el pueblo de Dios parecía haber olvidado los requerimientos de Dios, y los ritos externos no tiene valor sin una verdadera piedad. 

El consejo de Dios es: “Caminar humilde mente”. Cuando los hijos de Dios caminan con humildad ante Dios (cf. Gén. 5:22; 6:9), ponen su vida en armonía con la voluntad de Dios. 

Lo que nos quiere transmitir el profeta es: El desarrollo de una intima relación con Dios es el propósito de la verdadera religión de un cristiano.  
“Humíllate ante tu Dios” es vivir en armonía con los principios de la primera tabla del Decálogo (Mat. 22:37-38).
MARANATA.
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