lunes, 6 de julio de 2020

¡QUE FÁCIL ES OLVIDAR A DIOS!

He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años. Job. 36:26.
Job compara entre la grandeza divina y la fragilidad del ser humano. Nunca hubo un tiempo en que la humanidad tuviese tantas evidencias de la grandeza de Dios como en nuestro siglo. 

Se ha descubierto galaxias, constelaciones más allá de nuestro confines. Se ha descubierto estrellas de neutrones, y una gran variedad de Supernovas. 

Dios a revelado a los hombres de este siglo, las evidencias de un Dios poderosos. El Señor a dado conocimientos de las ondas gravitacionales, y de cómo se compone el universo. 

El hombre a mandado más aya del cinturón de Kuiper o la nube de Oort, lleno de asteroides . Dios en su gran misericordia, puso al rededor del sol estos asteroides para proteger la tierra. 

Cada nuevo descubrimiento de la ciencia correctamente comprendido y entendido, magnifica el poder y la sabiduría del Creador. 

Pero hombres de mayor intelecto no pueden entender los misterios del universo y menos los misterios de Dios. 

Pero el hombre reacciona en forma extraña ante esta revelaciones de parte de Dios. Aun hoy día, la materias oscura es algo que no comprende el hombre de ciencia. 

Tampoco comprende porque el universo se alejan y con ello las galaxias. Y según los expertos, la tierra quedara sola y con un cielo oscuro.

Pero cuanto más sabemos de los misterios del universo, tanto más suficiente se siente y menos aprecia a Dios. Los hombres adoran su propia habilidad y su inteligencia, y desprecia a Aquel que creo la mente y que es el autor de la obra del universo. 

La inspiración divina hace muchas preguntas que el erudito más capaz no puede contestar. 

La sabiduría del hombre es limitada, y que en las cosas más cotidianas y más humilde hay misterios que el hombre no comprende. 

Dios se revela a través de la naturaleza, en la inmensidad del universo y aun en las cosas más simples de la vida. “He aquí Dios es 30 grande, y nosotros no le conocemos”. 

El propósito de Dios es ocultar más de sí mismo de lo que revela el hombre. 

Si los seres humanos pudieran entender plenamente los caminos y las obras de Dios, entonces no creerían que él es el Ser infinito. 

El, en su sabiduría, en sus razones y propósitos, no puede ser comprendido por el hombre. “Son. . .inescrutables sus caminos” (Rom. 11:33). 

Podemos colaborar con Cristo para dar testimonio de la verdad. El Dios grande ha dicho: “No te desampararé, ni te dejaré”(Heb. 13:5). 
Estas palabra reprende nuestro olvido y descuido de la existencia de Dios. Demos a Dios el lugar que le corresponde en la vida.
MARANATA.
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