En un mundo materialista y ateo,
es difícil tener una creencias cristianas. La gran mayoría o son
Católicos o Protestantes. Pero el 50% son de otras creencias.
En resumen, todos tienen una bago conocimiento de lo que ocurrió en el Edén, con Adan y Eva. Las visitas periódicas de Dios, hacia el fin del día, cuando suaves céfiros vespertinos refrescaban el huerto, y era una ocasión de deleite para la feliz pareja.
Pero ese día el temor les embargaba y el universo contemplaba con ansiedad que iba a pasar. Un silencia embargaba a los Ángeles y a los mundos creados por Dios. La pregunta que se hacían era: ¿Que decisión tomaría Dios con respecto a la pareja creada?
Había una gran expectación, la musica dejo de tocar. ¿Aplicaría Dios la justicia de la ley?
¿Oh aplicaría el amor de Dios? Nuestra comprensión básica de Dios, del pecado y de la salvación esta en juego.
La ley demandaba un castigo severo, el amor del Padre un perdón. Es muy difícil descubrir que fue lo primero: el temor al castigo o la separación. Podemos pensar que fue una mezcla de temor-separación, Adán y Eva no conocían ninguno de los dos elementos.
Pero en Adán y Eva ni la humanidad ni el pudor fueron la razón de su temor, sino un profundo sentimiento de culpabilidad. Hoy el mundo en su interior antes de morir tienen ese sentimiento, aquellos que rechazan a un Dios de amor.
Satanás introdujo el mal en la tierra, y en su día recibirá el castigo a propósito de maldad. Adán y Eva cambiaron su manera de pensar acerca de Dios y censaron de confiar enEl. Así nos curre a nosotros, cuando nos alejamos de Dios, damos la espalda a Dios.
Espiritualmente y mentalmente, nos separamos de El. Se escondieron de El, cuando Dios los visito. Así hacemos muchas veces el cristiano, le damos la espalda, y cuando vemos nuestro gran error, caemos ante El.
Dios le mostró al hombre el gran amor del Padre, y les dio una
promesa, que vendría Cristo a pagar la deuda que el hombre no podía
pagar.
Cuando Dios les contó el plan de la salvación fue tan anhelantemente redentora como para establecer un gran vinculo de amor y no de temor.
El amor del Padre los vistió con grandes vestiduras.
Así será cuando Cristo venga por segunda vez, sus hijos vestirán vestiduras de inmortalidad, comerán del fruto de la vida. El pecado será desterrado y el que lo causo también.
El vasto universo creado por Dios estará tranquilo y el equilibrio que había antes del pecado se restaurara.
MARANATA.
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Pero ese día el temor les embargaba y el universo contemplaba con ansiedad que iba a pasar. Un silencia embargaba a los Ángeles y a los mundos creados por Dios. La pregunta que se hacían era: ¿Que decisión tomaría Dios con respecto a la pareja creada?
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¿Oh aplicaría el amor de Dios? Nuestra comprensión básica de Dios, del pecado y de la salvación esta en juego.
La ley demandaba un castigo severo, el amor del Padre un perdón. Es muy difícil descubrir que fue lo primero: el temor al castigo o la separación. Podemos pensar que fue una mezcla de temor-separación, Adán y Eva no conocían ninguno de los dos elementos.
Pero en Adán y Eva ni la humanidad ni el pudor fueron la razón de su temor, sino un profundo sentimiento de culpabilidad. Hoy el mundo en su interior antes de morir tienen ese sentimiento, aquellos que rechazan a un Dios de amor.
Satanás introdujo el mal en la tierra, y en su día recibirá el castigo a propósito de maldad. Adán y Eva cambiaron su manera de pensar acerca de Dios y censaron de confiar enEl. Así nos curre a nosotros, cuando nos alejamos de Dios, damos la espalda a Dios.
Espiritualmente y mentalmente, nos separamos de El. Se escondieron de El, cuando Dios los visito. Así hacemos muchas veces el cristiano, le damos la espalda, y cuando vemos nuestro gran error, caemos ante El.
Dios le mostró al hombre el gran amor del Padre, y les dio una
promesa, que vendría Cristo a pagar la deuda que el hombre no podía
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El amor del Padre los vistió con grandes vestiduras.
Así será cuando Cristo venga por segunda vez, sus hijos vestirán vestiduras de inmortalidad, comerán del fruto de la vida. El pecado será desterrado y el que lo causo también.
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