jueves, 29 de marzo de 2018

SOMOS CONSOLADOS POR EL ESPÍRITU SANTO.


En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él. Efes. 3:12.
El cristiano debe de tener la seguridad, (Gr. parresía). “libertad de palabra”, “confianza” según hechos 4:13. La libertad que tuvo Adan relacionarse libremente y directamente con su hacedor; pero cuando perdió su relación se escondió entre los árboles. 

La relación se había roto, porque su conciencia le acusaba de lo que había hecho. Para que esa relación se llevara acabo, Dios tenía que tomar las medidas adecuadas. Tenía que redimir al hombre de su mala conciencia, y de sus actos contra Dios. 

Dios tubo que dar a su Hijo, para que la redención permitiera que el hombre pueda presentarse de nuevo ante Dios, sin temores ni restricciones y sin la necesidad de intermediarios humanos como sacerdotes, santos. 

La fe en él nos acercamos a Dios sin temor alguno, ya que vivimos por la fe la vida a la cual hemos sido llamados. 

Sólo podemos acercarnos a Dios confiadamente con la seguridad que si aceptamos a Cristo como nuestro mediador él nos escucha. 

Cristo es el único que ha pasado sobre el abismo que separó al hombre de Dios desde la entrada del pecado. (Isa. 59:1-2). Pablo paso una experiencia cuando de perseguidor fue perseguido. Su experiencia con Dios fue directa, no había intermediarios. 

Era Dios y Pablo en el camino de Damasco. Se que hay personas que han sido llamadas de forma muy similar a la del apóstol. Que fie liberado de su separación con Dios, y volvió a unirse con Dios por medio del Espíritu Santo. 

“Sentimos libertad en la presencia de Dios. . . porque le conocemos, ya que me saco de la esclavitud donde yo estaba”. 

Confiamos en su amor y aceptamos su gran sacrificio hecho por mi. No necesitamos impresionar a Dios, Él señor nos acepta tal como somos, con nuestras debilidades, con nuestras caídas. Lo deseamos por qué ha demostrado su amor por mi, dando lo que más amaba. 
Por eso nuestra actitud debe ser positiva. Pueda ser que algunos no encuentre este razonamiento positivo, y que los pecadores como tú y yo, no tenemos derecho a sentirnos cómodos en la presencia de Dios. 

Pero tenemos tal confianza que con la ayuda del Espíritu Santo nuestra victoria esta asegurada.

Creo firmemente que hay una diferencia entre sentirse cómodos en la presencia de Dios como pecadores, y sentirse cómodos mientras pecamos a pesar de la paciencia de Dios. 

Porque el que “nos consuela en todas nuestras tribulaciones” es Dios (1º Cor. 1:4), nos sana por su cálida proximidad, de modo que ya no necesitamos seguir pecando. 
MARANATA
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