viernes, 9 de marzo de 2018

EL PECADO ESPECIFICO


A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonada;pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado Luc. 12:10
En la cruz vemos el gran amor del Padre, Jesús perdonó todos los pecados de la humanidad al pagar el precio “no solamente por los pecados nuestro, sino también por todos del mundo” (1º Jun.2:2). 

Para que yo me apropie de ese perdón es necesario que confiese mi pecado cuando el Espíritu Santo produce convicción en mi corazón (1 Jun.1:9; Jun 16:8). El perdón es sobre mi por los méritos de Cristo. Pero el pecado contra el Espíritu no es perdonado. 

¿Por qué? Cuando el Espíritu Santo llama al arrepentimiento y rechaza la convicción y la confesión, y las súplicas del Espíritu Santos son resistidas. 

Hay un ejemplo en la Biblia, “Judas” tuvo tiempo de a repentirse antes de salir del aposento alto, y resistió la suplicas del Espíritu Santo. 

Judas sentencio su vida para la muerte eterna. Una persona que rechaza la suplica del Espíritu tiene una actitud de arrogancia descomunal, y es tan duro como una roca. “Confesar” es una palabra que es importante comprender. Significa “decir la misma cosa” o “estar de acuerdo”. 

De modo que cuando el Espíritu Santo me convence de pecado, es importante que mi confesión reconozca específicamente la compresión exacta del pecado que el Espíritu ha colocado en mi corazón. El profesor T. Anderson ilustra la importancia de la confesión especifica. 

“Supongamos que un padre sorprende a su hijo arrojando una piedra a un coche. El papá le dice: `Tú arrojaste una piedra a un coche, y esto ha estado muy mal”. Si su hijo responde: `Lo siento papá, ¿ha confesado? No realmente. 

Podría también decir: `Por favor,perdóname, papa´, pero ¿ha confesado en realidad? No. El no ha confesado hasta que este de acuerdo con su padre: 'Tire una piedra a un coche : estuvo mal´ . (The Bondage Breaker, p.81). Eso es lo que tú no quieres que  yo haga.
“Cuando pecamos nos podemos sentir triste y incluso enfadado con uno mismo, o incluso decirle a Dios que estas triste no es confesión. 

Usted confiesa su pecado cuando dice lo que Dios dice al respecto: 

Le di acogida a un pensamiento sensual, y eso y eso es un pecado´; Con tu ayuda y tu poder venceré mis deseos pecaminosos. “Ten piedad de mi, oh Dios, con forme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. (Sal. 51:1). 

Tales confesiones especificas rompe los baluartes que Satanás tiene en nuestra vida y permite que cada día el Espíritu Santo glorifique a Jesús nuevamente en nosotros a través de nosotros.
Maranata.
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