domingo, 25 de marzo de 2018

NO HAGAMOS ENOJAR A NUESTRO HIJO.


Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efes. 6:4
A través de la vida del ser humano, los padres han tenido y siguen teniendo una gran relevancia en la educación de los hijos. “Dentro de los cuales nos encontramos ustedes y yo” 

Los niños por su naturaleza tiende a ser posesivos y hacer su voluntad. Aquí entra el papel de la madre, la cual tiene una gran responsabilidad en su educación durante los cinco primeros años del niño.

Cierto clérigo dijo: Déjame a un niño durante cinco años, y después haz lo que tu quieras con el. 

Durante la etapa del niño, los cinco primeros años son vitales. Las madres tienden a ser demasiado indulgentes, los padres son más propensos a ser severos. Pablo cuando dice: no provoquéis. 

Esta prohibición es esencial, porque la obediencia que se pide de los hijos debe de descansar sobre una base moral. “La provocar” “excitar”, ya sea en el buen sentido como en un mal sentido (2ºCor. 9:2). 

Los continuos regaños y observaciones, las represiones, y las censuras, pueden exasperar los sentimientos de los hijos y hacen que repudien todo tipo de disciplina. 

La razón para esta admonición la hayamos en el libro de Col. 3:21; “para que no se desaliente”

 Gr. athuméo, “Descorazonarse” “abatirse”,“desanimarse”. El niño que es hostigado continuamente puede descorazonarse en sus intentos cuando ya es joven en alcanzar la victoria sobre sus debilidades, y renuncia completamente a una vida cristiana. 

La actual decadencia de la autoridad de los padres se origina, aveces en las exigencia injusta irritante o aun brutal que los padres imponen a los hijos, especialmente a los desobedientes. 

Pablo predice que lo harán, y en la lista de los crimines esta el facto enojo y la rebelión. Pero eso hace surgir una pregunta: ¿por que en la sociedad en la que vivimos hay tanta violencia? No solo ante una sociedad, Sino a nuestro Padre celestial, hoy no existe Dios. 

No reconocen a un Dios compasivo, que dio a su Hijo por salvar la raza humana. Jesús señaló directamente el problema cuando dijo: 

“Un enemigo ha hecho esto” (Mat.13:28). Los rebeldes no son hostiles a Dios por si mismos, sino contra la visión de Dios que Satanás les ha presentado. 

Por eso hay tantos ateos en el mundo. Por eso es muy importante la educación del niño durante esos cinco o siete años. Una buena educación cristiana, nunca se olvida. 

Cuando se implanta en el corazón tierno del niño no desaparecerá fácilmente. Dios no castiga, nos ama, El quiere que vallamos con humildad, y El nos ayudara en la educación de nuestros hijos. 
MARANATA.
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