martes, 30 de junio de 2015

ROMPIENDO EL PODER DE LA MUERTE.


De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol. Oseas 13:14.
¡Bien podía los cielos haber quedado asombrados por la recepción que su amado Capitán recibió en el mundo. La vida seguía igual con sus lujurias y su idolatría, seguía bajo el manto de la indiferencia.
El hizo el mundo, y sin embargo el mundo no lo conoció. Los amigos lo negaron, y lo abandonaron y lo traicionaron. Fue presa de tentaciones. La agonía humana convulsionó su alma divina. Fue lacerado por crueles azotes, con la ira de su enemigo.
Sus manos fueron clavadas, sus sienes fueron coronadas de espinas. . . Fueron las maquinaciones de Satanás las que hicieron de la vida de Cristo una oscura serie de aflicciones y tristezas; por último maquino la muerte de Cristo, en cuyo acto destruyó su propio trono.
Satanás sentía venganza por lo que paso en el universo y por no conseguir su deseo, ser más que Dios su hacedor. En el acto de morir, Cristo estaba destruyendo a aquel que tenia el imperio de la muerte. 
Llevó a cabo el plan, terminó la obra que había convenido en realizar desde la caída de Adan. 
Al morir por la culpa de un mundo pecador,el restauro al hombre caído a la posición de la cual había caído a consecuencia de la desobediencia, a condición de la obediencia a los mandamientos de Dios.
Que pocos hombres y mujeres comprendemos este gran sacrificio. Nuestra salvación fue obrada mediante el infinito sufrimiento del Hijo de Dios. 
Su pecho divino llevó la angustia, la agonía, y el dolo que la pecaminosidad de Adan trajo sobre la raza humana.
La lanza que atravesó el calcañar de Cristo fue herido cuando su humanidad sufrió, el pesar más profundo que haya oprimido alguna vez a los seres humanos abrumó su alma mientra estaba pagando la vasta deuda que el hombre debía a Dios. (M. 1886).

El profeta Oseas quiere dar la máxima claridad a sus palabras. Es la bella promesa que Dios quiere dar al hombre, la resurrección y la aniquilación del “Hades”, “ shé ol “ [sepulcro]. Pero nos deja claro que habrá un juicio venidero. 

Los rescatare del Seol, los redimiré de la muerte, los e comprado por precio. Al llevar la penalidad del pecado y a bajar a la tumba.
Cristo la ilumino para todos los que mueren con fe. Dios en forma humana, sacó a luz la vida y la inmortalidad por el Evangelio. Al morir, Cristo aseguró la vida eterna a todos los que crean en él. (J.T. T.2 P.488).
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
http:// segunda venida apocalíptica
La Biblia a través del tiempo.

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