lunes, 1 de junio de 2015

LA SOBERBIA EL MAL DE ESTE SIGLO


Preserva también a tu siervo; de la soberbia; que no se enseñoreen de mi; entonces seré integro, y estaré limpio de gran rebelión. Sal. 19:13.
La soberbia son los pecados que cometemos cuando sabemos que estamos haciendo mal. Son pecados cometidos deliberadamente aun cuando sabemos las consecuencias. Resumimos que Dios, en su gran amor por la humanidad, pasará por alto y perdonará esos pecados.

Unos de los mayores engaños que Satanás ha inculcado en el hombre es que Dios ama demasiado para castigar. Cuando el hombre llega a pensar de esa manera está en peligro de cometer el pecado contra el Espíritu Santo. David lo sabía, de allí su ruego Dios de protegerlo de la soberbia. No quería ser culpable de gran rebelión.

Es fácil de caer en la presunción. Este peligro asalta a todos. No es un pecado grande el que nos empuja primero cuesta abajo. Ser tentados a robar, a violar el sábado o cualquier otro mandamiento de Dios, no los quebrantamos. Satanás lo sabe, y no es probable que nos tiente a quebrantarlos demasiado pronto. Sólo después de haber cambiado nuestra actitud acerca de muchas otras cosas ataca con las tentaciones mayores. Se empieza por poco y se termina matando.
 
 “Cuando alguien deja de asistir a la iglesia, podréis estar seguros de que no lo hizo de repente. Comenzó a ceder en cosas pequeñas”. ¿Cuales son algunas de esas cosas pequeñas que llevan a la gran rebelión? 

Hay cosas que no son iguales para los hombre y para las mujeres, pero si tienen un un, numerador común. El cine, sea este en casa o en una salón de cine, las malas compañías,pueden convertirse hábito ruinoso. 

Tener por costumbre jugar a los naipes, esto puede llevar el hábito al juego. Pero lo peor de todo es, que con el tiempo poco a poco descuidamos el estudio de la Biblia, que es el mana del cielo. Dejamos la reuniones de oración, el estudio metódico de la Escuela Sabática, y por último dejamos la iglesia. 

Y durante todo el tiempo Satanás nos ha inducido a la presunción, y a presumir que Dios pasara por alto esos errores. Algunos dicen: Ya me cambiara Dios mi carácter cuando resucite. 

¿Cuanta insensatez hay en esas palabras? Estas personas no han sido renovadas por el Espíritu Santo. La soberbia es el camino hacia la destrucción. Si permitimos que el Espíritu Santo nos guie en cada momento del día, nos guardará de cometer la gran rebelión.
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
http:// segunda venida apocalíptica
La Biblia a través del tiempo.

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