ESCRITA EN LA MENTE.

Los ídolos de ellos son plata y oro, obras de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven. . . Semejantes a ellos son los que los hacen. Salmos 115:4,5,8.

Las últimas investigaciones patrocinadas por el gobierno de los Estados Unidos tiene a confirmar que un porcentaje muy alto de jóvenes que ven la TV. 

Antes de terminar la primaria y la secundaria, tienen un gran impacto en su carácter.Esto hace que los jóvenes ve la TV entre 16 y 18 horas, en programas violentos y esto hace que tenga un gran impacto en sus vidas. 

El problema se plantea cuando estos jóvenes ve la violencia en la vida real, no se conmueven. Muchos de estos jóvenes llegan en un momento de su vida a participar de ella. 

El apóstol Pablo hace 1900 años atrás, vio en su mente a Cristo que era el único que podía transformar la mente del hombre. Mirando a Cristo -dijo él- somos transformados a su semejanza 2º Cor. 3:18. 

El niño debe ser educado desde su infancia en el temor de Dios, y la madre tiene un papel muy importante en el desarrollo del carácter del niño. 

La mente gradualmente abraza los valores, las actitudes y aun las expresiones que escoge y mirar. 

La obra del Espíritu Santo es capacitar al niño a través de la palabra de Dios y de los padres. 

Llega a ser semejante a lo que acostumbra amar y a reverenciar. Esta poderosa ley de la mente puede ser usada con ventaja por aquellos que quieren ser como su Maestro Jesús. 

Es el argumento de tener una comunicación constante con Jesús. En meditar y analizar la vida de Cristo (DTG.). Pero hay una ley en la mente del hombre que funciona con igual fuerza cuando se aleja de Jesús, cuando adora a los ídolos de este mundo, bien sea conceptos ideas, moda, y imagines de talla hecha por el hombre. 

David habló de los ídolos que el pueblo rendían culto. La TV es un culto a los ídolos de este mundo, todo entra y solo sale lo que hemos aprendido de ella. Lentamente y sin notarlo nos volvemos rápidamente iguales a los ídolos que vemos. 

Nos volveremos incapaces de responder con firmeza y dirección a las situaciones de elección moral a las que nos enfrentamos. Satanás no es tonto. 

El comprende este principio y lo usa constantemente en su favor.

El viste el sistema de valores de su reino en forma dramática, capaz de captar nuestra atención y sacudir nuestras conciencias y emociones el esta listo para hacernos caer. 

El Espíritu Santo nos hace ver los peligros de este mundo y hasta donde podemos llegar. La linea es muy fina. Cristo llama a la puerta de nuestro intelecto. ¡Cuán cuidadosamente debemos hacer nuestra elección! 
MARANATA.

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