jueves, 8 de junio de 2017

NO ALCANZAMOS A CONOCER A DIOS.


Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Roma. 3:23.
Carmen se sentía muy distanciada de su madre, quien parecía siempre encontrar faltas en todo lo que Carmen decía. Transcurrió cierto tiempo y finalmente, comenzó a comprender las razones que guiaban el pensamiento de su madre, y apreciar su evidente amor por ella. 

Con el correr del tiempo, Carmen y su madre llegaron a ser

buenas amigas. En nuestra creciente compresión del problema del pecado, vemos más y más que es nuestra falta de conocimiento de Dios mismo lo que siempre ha perjudicado nuestra relación con El. 

Dios sabe esto, y de toda forma concebible busca ganar nuestra confianza a través de su palabra. Sobre el monte del Sinaí, 
Dios pasó delante de su siervo Moisés y proclamar su nombre declarando las cualidades de la relación con la humanidad y por ende con su pueblo. Eso es su gloria. 

En Jesús, que vivió ante nosotros con tal plenitud y sinceridad que nuestros corazones se emocionan. Sin embargo, aun los creyentes de Dios (englobo a todos),Dios ha parecido un tanto remoto e inalcanzable y mal comprendido por alguna religiones. 

No alcanzamos a comprenderlo, lo cual al fin perpetúa nuestra incapacidad de relacionarnos total y positivamente con Él. El resultado de esto es lo que llamamos pecado. Dios comprende nuestra necesidad de entenderlo a El. 

Y en la forma más amante y concienzuda se ha dispuesto a revelarse a sí mismo a nosotros. Esa revelación le ha llevado tiempo, como ocurre con todas las amistades duraderas. 

El Espíritu Santo es el instrumento que Dios usa para hacernos comprender de su gran amor y su amistad hacia nosotros. 

Está ansioso de establecer una relación con nosotros que perdure por la eternidad. Dios se interesa tanto por la calidad de mi relación con El que llena nuestro corazón. 

Esto significa que cree en mi capacidad de ser esa clase de amigo y hijo.  Significa que su opinión acerca de mí es favorable, que agotara los medios para asegurarse de que estaré con El. ¡Puedo mantener mi cabeza en alto! 

El gran Dios del Universo valora mi amistad, y busca confirmarla y activarla. Si lo vemos tal como es, le confiaremos nuestra amistad, y nuestra vida hasta que 
El determine nuestro descanso. Y sabremos que nuestra relación con El sera cada día más segura. Busquémosle cada mañana, al medio día y por la noche. Para que podamos renovar nuestra confianza en El.
Maranata.
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