jueves, 28 de enero de 2016

LA FUENTE DE LA SABIDURÍA.


El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tiene todos los que practican sus mandamientos; su loor permanece para siempre. Salm. 111:10
Es una gran cosa ser sabio para con Dios. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. Esto es educación de corazón y es más importante que la educación que se obtiene meramente en los libros o en las universidades. 

Es bueno y esencial obtener un conocimiento del mundo en que vivimos, pero cuando lo anteponemos a las cosas celestiales y a nuestra propia salvación,caemos en lo más profundo del abismo de la ignorancia. Pablo dice: la mucha sabiduría aturde a los hombres. 
Es bueno saber de todo,pero si dejamos la eternidad fuera de nuestros cálculos, sufriremos un fracaso del cual nunca podremos resarcirnos. La filosofía de este mundo es como comer del fruto prohibido del conocimiento del bien y del mal. 
 En nuestro siglo, lleno de alta tecnología que esta al alcance de todos. ¿Que puede saber a ciencia cierta el más versado erudito sin un conocimiento de la Palabra de Dios? 
Hombres eruditos de las ciencias y de las letras no creen en un Dios infinito, misericordioso. 
Sin la educación que está en la Biblia, ¿cómo podemos vislumbrar el mundo venidero donde estaremos en la presencia de Dios y contemplaremos su rostro? Esto es locura para el hombre. Nada de la sabiduría de este mundo, del conocimiento libresco, presenta un fundamento verdadero y seguro sobre el cual podamos edificar para la eternidad.  

Los hombre y mujeres buscan llenar el vacío que hay en su interior, con la musica y los placeres de esta vida, pero el resultado es que siguen estando vacíos. No hay nada que llene tanto al alma que el conocimiento de Dios. 

Nada sino el plan del cielo puede satisfacer para la eternidad. “Porque el pan del cielo es aquel que descendió del cielo (Cristo Jesús) y da vida al mundo”. “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y vida” (Juan 6:33,63). Como una alegre luz estas promesas brilla en las tinieblas morales. 

Al comer (estudiar) las palabras de Cristo estamos comiendo el pan de vida que imparte vitalidad espiritual. Las palabras del único Dios verdadero es infalible. 

Sabiduría, santidad, poder y amor infinitos están combinados para señalarnos las normas con las cuales Dios mide el carácter. 

Las palabras de Dios define tan claramente la ley de su reino que nadie necesita andar en tinieblas. Su leyes el trasunto de su carácter. Es la norma que todos deben alcanzar si quieren entrar en el reino de Dios (Manuscrito. 15-1898). P { margin-bottom: 0.21cm; }
Maranata
Luis José de Madariaga.
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La Biblia a través del tiempo.

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