jueves, 7 de mayo de 2015

LA SALVACIÓN ES UN CONTRATO CON DIOS.


Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijo de Dios. Juan 1:12.
Juan quiere dejar muy clara este concepto: A todos los que le recibieron. No meramente como a un hombre o como a un profeta, o como Hijo de Dios, al Enviado de Dios, al Mesías. Juan aquí presenta como un error la creencia de que sencillamente porque Cristo murió por todos los hombres, todos serán salvos. 
También se presenta la falsa creencia de que Dios predestina a ciertos hombres para que sean salvos y a otros para que sean condenados. No todos los que dicen: Señor, Señor, entrara en los reinos de los cielos. Cierto es: que solo Dios determinara en el tiempo del juicio quien sera salvo o sera condenado.

Aproximadamente de los tres mil millones que creen en Dios no sera salvos todos, por mucho que crean en Dios. Ahora bien, la salvación es un contrato mutuo. “A todos los que le recibieron. . . les dio potestad de ser hijo de Dios”. 


Cuando aceptamos a Cristo como nuestro salvador personal, y le amamos con todo nuestro corazón, mente y alma, y lo confesamos, ¿Entraremos en este contrato? (M. 8. 1914).
Esta es la gran pregunta. 

Muchos creen en Dio, también los demonios y tiemblan. Vivimos en un mundo donde se cuestiona  Dios, y otros matan en nombre de Dios. 

¿Creéis que todos entran en el reino de los cielos o paraíso. ¡No! El se sienta como refinador para purificar el oro y la plata de toda escoria. Por lo tanto, recurrir continuamente a Cristo, y ningún material ordinario o falto de valor habrá en la estructura de vuestro carácter. 

 Por fe podéis aceptar los méritos de la sangre del Hijo de Dios que fue derramada para que el pecador no perezca sino que tenga vida eterna. Y esta promesa incluye a los Judíos y a los Musulmanes, la cuestión es que lo aceptemos. Dios a puesto medios adecuados para separarnos de las ligadura de Satanás o Iblis, y reconocen a Cristo como su única esperanza.. . . Cuando estemos listo para cooperar con Aquel que puede preservarnos de caer, nuestra resoluciones tendrán algún valor. 

Cristo el principal Restaurador, nos sanará. El trabaja con todos aquellos que de corazón sincero que quiere cooperar con él. A lo largo de mi vida, he conocido a personas que habían estado sujeto al príncipe de este mundo, y cuando entregaron su corazón a Dios, fueron canales de bendición para otros , de los cuales yo soy uno de ellos. El ejercicio de la fe y el valor viril ampliarían a compresión de lo que significa ser Cristianos.

Hemos de buscar aquella fe que obra por el amor y purifica el alma. 

Tendremos severas luchas con nuestras tendencias al mal, hereditarias y cultivadas. Debe haber una firme dependencia del Capitán e nuestra salvación. El nunca nos falla Cristo hace su parte. ¡Y tú!
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.

http:// segunda venida apocalíptica

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