sábado, 20 de septiembre de 2014

GORRIONES CAÍDOS Y CABELLOS CONTADOS


¿No se vende dos pajaritos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestro cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. Mat. 10:29-31.

Según el argumento de cierta obra teatral, un día Dios desciende a la tierra para ver cómo están sus hijos. (Foto. El templo donde se hacian los sacrificios y las ofrendas.)

Instruye a Gabriel para que repare una estrella que no ha estado funcionando bien, y luego le encomienda que se ocupe de un gorrión que tiene un ala rota.

Hay quienes consideran que esta obra raya en lo sacrílego. Sin embargo, en ella se presenta a Dios como un ser que se interesa en los detalles más ínfimos de la vida.

Cierta vez un orador se refirió a la extraordinaria importancia que Diosa le concede al hombre y a su existencia. (Foto. los pápjaros dádiva de Dios)

 Por ejemplo, siglos antes de que se produjera el encuentro entre Felipe y el etíope, Dios preparo en un lugar determinado una corriente de agua suficientemente profunda para que en un momento determinado de la historia pudiera servir de bautisterio.

Del mismo modo el sicómoro al cual tropezó Zaqueo para ver a Jesús creció bajo el cuidado divino para cumplir un fin especial.
Quizá esto ejemplos nos cause gracia o los atribuyamos a casualidad de la vida.

Están, ¿las pléyades o las galaxias, incluso la constelación de Orión por casualidad¿, o esta todo con un propósito definido que el hombre ignora
Pero ¿hay acaso algo que esté fuera del conocimiento de Dios, algo que él ignore? ¿Puede haber algo más insignificante que un gorrión? Sin embargo, Dios los tiene contados y los alimenta a todos. ¿Habrá alguien que se preocupe por saber la cantidad exacta de cabellos que tiene en su cabeza?

Personalmente no sabría decir si el Señor emplea un ejercito de ordenadores para registrar esos y multitud de otros datos, pero sí puedo afirmar que nuestro Padre celestial nos cuida, yo doy fe de ello, ya que me salvo de la muerte cuatro veces.

El contexto de esta meditación es la misión que tenemos como cristianos. Podemos correr peligros terribles, como morir bajo el terror del Islam, afrontar dificultades extremas, la senda del deber puede llevarnos al valle de la sombra y de muerte, pero aun así debemos considerarnos seguros.

Ninguna enfermedad puede atacarnos, ninguna mano puede alzarse contra nosotros si Dios no lo permite. El ejemplo lo tenemos en Job. Y si lo permite, podemos estar seguros de que lo hace por algún motivo.

Pronto amanecerá y entonces veremos con claridad. La proximidad de su venida esta más cerca de lo que creemos. Los vientos de las naciones se están airando. Los hombres violentos matan en el nombre de Dios.

Mientras tanto, cada vez que nos peinemos y notemos que en el peine quedan algunos cabellos, recordemos que en los registros del Cielo ha variado la cifra, “pues aun vuestros cabellos están todos contados”. ¿No tenemos, acaso, un Dios admirable y bondadoso? 
  Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com
La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

No hay comentarios:

Publicar un comentario