jueves, 18 de septiembre de 2014

ABSOLUTA CONFIANZA EN DIOS.


Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos complacientes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios 2º Cor. 3:4, 5.

En la época de Pablo los cristianos eran considerados con desdén es decir, despreciados por una sociedad llamada civilización moderna, como era la Romana. Eran propagadores de una doctrina descabellada. Para los griegos constituía un insulto desde el punto de vista intelectual. Para los judíos era una herejía del judaísmo.

Lo único que mantuvo en marcha a la iglesia cristiana primitiva fue su total confianza en Cristo y su fe inquebrantable. Por eso los discípulos nunca estaban desanimados, no importa cual fuera la dificultades. Era imposible intimarlos, ni aun con las misma muerte.

Juan que fue el último en morir en paz, supo de la muerte de sus hermanos en Cristo, algunos fueron decapitados, crucificado, otro fue metido en un caldero de aceite hirviendo etc. Simple mente creyeron en la palabra de Dios al píe de la letra, sabiendo que él es el omnipotente.
En los comienzos de la Reforma, un sacerdote detuvo a Martín Lutero y le dijo: ¿No sabes que el Papa puede borrarte de la faz de la tierra con solo mover su dedo meñique? Cuando envíe a sus príncipes contra ti, ¿a dónde iras?

Su respuesta demuestra por qué se “le conoce el roble de Sajonia”: -Entonces estaré donde he estado siempre -le dijo-; En manos del Todopoderoso. 

¿Que se puede hacer contra un hombre así? Absolutamente nada. Lutero sentía que toda competencia que tuviera provenía de Dios, no de si mismo. Por lo tanto, cualquier ataque que se le hiciera iba dirigido contra Dios, en cuyas manos vivía.

Hoy necesitamos una fe como ésta para que nos sostenga hasta el fin. Algunos de nosotros seremos perseguidos y otros perderán la vida , pero Dios aun reina y el conoce a los suyos. Recuerda que no estas aquí para seguir tu propio camino. Los que hacen tal cosa, están destinados a la muerte eterna.

Estamos aquí no para seguir nuestro propio camino. Estamos aquí a fin de creer en Dios y en su poder, y para enfrentar las tinieblas y ayudar a que penetre en la luz. Estamos aquí a fin de expresar palabras de aliento y bondad que ejerzan una positiva influencia en este mundo.

Demos el ejemplo de que Cristo esta en nosotros no solamente de palabra sino de hechos. Para que nuestra bondad ejerza una positiva influencia en este mundo, y el mundo que nos rodea. Da el ejemplo que dan los que verdaderamente confían hoy en el poder de Dios. “Nuestra fuerza proviene de Dios”.
Promesa.
En el servicio de Dios hay gozo y satisfacción; Dios no abandona al cristiano en caminos inciertos; no lo abandona a pesar de vanos contratiempos” (CC 124).
Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com
La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

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