viernes, 19 de septiembre de 2014

CONFIAMOS EN DIOS.


No confíes en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. . . Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios. Sal.146:3,5.
(Foto. el legado de los hombres)

Las palabras más importantes de estos dos versículos son “salvación” y “ayudado”. No pensemos conseguir ayuda de los seres humanos, incluso de los príncipes. Ejemplo tenemos en la historia, Jan Hus fue procesado ajusticiado en el Concilio de Constanza de 1.415 a pesar que poseía un salvoconducto del papa y del rey.

Sólo Dios ha sido nuestro ayudador en lo pasado y es nuestra esperanza en el futuro. El versículo 4 del Salmo 146 nos explica por que es esto así: “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perece sus pensamientos”. 

 En contraste: “El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; el hecho delante de ti al enemigo” (Deut. 32: 27; Job 14:12).

Piense por un momento en las personas que han sido alguna vez famosas y que han aparecido en los diarios incluso en los libros de historia. Algunos se hicieron famosos por sus descubrimientos científicos, otros por la política, hay algunos que se hicieron famosos por sus crímenes en masa.

Incluso hay que se hicieron famosos por sus novelas, o sus películas. Pero todos tienen un denominador común: Su gloria ha sido efímera. Pronto se marchitó. Por más que adquirieron fama en cierto momento de sus vidas, rápidamente se le olvidó.

En el campo de la política,por ejemplo, los gobiernos caen y
dirigentes cambian y se marchita.  Aparecen nuevos hombre con ansias de poder y de grandeza, decididos en establecer su régimen sobre las bases sólidas de sus propias ideas. 

Tal como el rey Nabucodonosor, exclama: “¿No es está la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad”? (Dan. 4: 30).

El relato bíblico nos dice que mientras todavía la palabra se hallaba en los labios del monarca, una voz del Cielo dijo: “El reino ha sido quitado de ti” (vers 31). ¡Así es la vida!

Vienen a nuestra mente hombres, como Hitler, Mussolini, Stalin, Lenin, o Tojo famosos por sus crímenes de guerra y pos guerra, en presencia de hombre y adolescente, se dibuja en su rostro cuando les habla de paz y un prosperidad, mientras se pregunta “¿Quién? ¿Qué? ¿Cuando?¿Como?

No obstante en el fondo del alma humana se arraiga un inmenso deseo de perdurabilidad.  Instintivamente rechazamos el pensamiento del olvido, y aunque sabemos que no podemos vivir para siempre, deseamos dejar en esta vida algo que nos recuerde permanentemente.
¿Es éste el eco de una perdida hacia la eternidad? ¿Es acaso la rebelión del espíritu humano, creado originalmente para la inmortalidad, contra las limitaciones del tiempo y la mortalidad?
No me cabe duda de que es así.
El legado de Cristo es la vida
eterna.
Promesa.
Porque en Dios esta la fortaleza,
o para ayudar, o para derribar.
(2º Cro. 25:8 s.p.
Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com
La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

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