domingo, 6 de febrero de 2022

LOS DIOSES DE LABÁN Y EL DIOS DE JACOB.

Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? Génesis 31:36.

Desde el capitulo 29 al 31 vemos las consecuencias del pecado, pero también vemos el cuidado de Dios por sus hijos.

Una vez que Jacob cumplió su promesa, se marchó con su familia por orden de Dios. 

Satanás obra por muchos medios que está a su alcance, uno de ellos fueron sus hijos. El reclamo de los hijos a su padre era obviamente exagerado, pues Labán tenía un gran rebaño cuando Jacob le dejó (ver 19). 

El enemigo inculcó en la mente de Labán que Jacob había conseguido su riqueza por medio del engaño. La

lealtad de Jacob fue sobradamente probada. Esto demuestra que los hijos de Dios, cuando son leales a los principios de Dios, siempre son prosperados, aun en los más rudos trabajos de esta vida. 

Pero muchas veces el hombre pone pres texto para cambiar nuestro proceder en la vida. Dios siempre está cuidando de sus hijos, y una noche antes fue cuando se le reveló Dios en sueños a Labán. 

La orden fue que no obligara a Jacob a que le sirviera. En mis años como creyente, he conocido muchas experiencias de otros cristianos, y relatos que asombra a muchas personas. 

De alguna manera Dios nos advierte de peligros, y manda a sus ángeles para que nos protejan y nos guarde. Jacob fue protegido, como somos protegidos los hijos de Dios. 

Si el servicio de Jacob estaba por encima de toda crítica, y Labán lo sabía. ¿Porque la acusación? La lealtad no tiene precio. 

Muchos en esta vida, y en tiempos pasados, fueron leales a los requerimientos de Dios. 

Fueron insultados, acusados de fraude, incluso de robo. Viene a mi mente, recuerdos del pasado, como Dios me ayudó en situaciones muy delicadas en mi vida espiritual. 

Como me ayudo y me rescato de participar con mi madre, en un ritual espiritista. 

Dios comisiona a sus Santos Ángeles para salvarnos de peligros, que si estos fueren revelados, caeríamos de rodillas alabando la misericordia de Dios poderoso y misericordioso. 

Jacob pasó la primera batalla de su acusador. Dios había pronunciado juicio contra ellos. 

Pero aún le quedaba una gran prueba a Jacob, tendría que luchar contra el más fuerte de los Ángeles de Dios, para salir airoso de la prueba. 

A los hijos de Dios le queda una gran prueba que pasar, es por eso que deberíamos todos orar más los unos por los otros y ponernos en manos de nuestro Dios. 

Creo sinceramente que la victoria está a nuestra alcance, sólo hay que tomarla.

MARANATA.

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