Pablo relata la cantidad de testigos que han corrido la carrera de la fe, Antes hemos mencionado a Abraham, pero anterior mente estaba Isaac, Jacob, José, Moisés, etc. Los hombres antiguos dan tal testimonio que su fe habla por ellos.
Permitirme que escoja una cita del CS. 334, Dice así: A principio del siglo XVII el monarca que acababa de subir al trono de Inglaterra declaró que estaba resuelto a hacer que los puritanos “se conformarán o de lo contrario. . .que fueran expulsados del país, o tratados todavía peor”. -(Jorge Bancroft, History of the United States of America, parte I, cap.12).
Estos cristianos sinceros tuvieron que huir a Holanda para guardar lo que la Biblia decía. El rey de Inglaterra dominado por la iglesia dominante, estos cristianos devotos y amadores de la libertad no querían someter su conciencia a las leyes dadas por el rey.
Pero al fin triunfó su firme perseverancia y encontraron un refugio en las playas de Holanda. Es un derecho del hombre de tener libertad de conciencia es lo que nos da el valor a cada cristiano para seguir los dictados de nuestra conciencia.
José cuando fue vendido por sus hermanos, tomó una decisión de fidelidad a Dios, y que su conciencia no sería violada por nada.
Esa decisión fue la punta del iceberg de su vida. ¿Cuántos de los hijos de Dios toman decisiones como esta? Decisiones que pueden ser para vida eterna, o para muerte eterna.
Pablo nos habla del peso “ókos” “carga” bien sea de algunos vicios que tenemos, de la moda, o de tener una gran mansión.
Todo lo superfluo, debe de ser abandonado en esta vida. Sólo los que sean dignos de ir a las Mansiones Celestiales, deben de despojarnos de todo.
Lo que debe motivarnos es la fe, una fe que no se tambalee en el camino de la vida.
Nuestro Dios nos dice: “Yo, yo soy el que borra tus rebeliones por amor de mí mismo; y no me acordaré de tus pecados”. Isa.43:25.
Este texto es uno de mis favoritos, en el, he encontrado gran consuelo para mi alma.
Usted, puede encontrar consuelo, no importa cuán desesperada sea tu situación, sólo hay que confiar en sus promesa.
La paciencia nos es necesaria. José tuvo que soportar pacientemente la promesa de Dios, nunca le falló a Dios, y nuestro Señor tampoco le falló. Le dio más de lo que tenía y vio la salvación de Dios.
MARANATA.
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