domingo, 13 de diciembre de 2020

SER NEGLIGENTES.

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en Espíritu, sirviendo al Señor. Romanos 12:11.

Gracias a Dios estoy un poco mejor de mi vista. En febrero me operaran y estaré un mes sin poner las matutinas.

Los siervos de Dios deben ser 'en lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en Espíritu sirviendo al Señor”. Pablo no se refiere ha asuntos seculares, sino a celo y energía espirituales. 

El verdadero cristiano no ha de permitir que su celo decaiga, sino debe dedicarse de todo corazón al servicio del Señor (Col. 3:23). 

Este es el celo constante y es el resultado de un genuino amor cristiano, pues el amor de Cristo es el que “constriñe” o “rige” a sus seguidores (2º Cor. 5:13-14). 

Cuando comprendamos que estamos trabajando para Dios, alcanzaremos una compresión más elevada que nunca antes del carácter sagrado del servicio espiritual. 


No hay lugar para los haraganes en el reino de Dios (TM 182-183), pues su falta de celo es una señal de su egoísmo y falta de amor. 

No han sido suficientemente conmovidos por el amor de Cristo, y por eso no están dispuesto a unirse con su Maestro con toda energía en la urgente obra de rescate a lo pecadores de la tempestad que se le avecina. 

Tenemos muchos ejemplo en la historia Europea entre la relación entre la fe del cristiano y la vida enérgica y eficaz. En octubre del año 1685, Luis XIV rey de Francia revocó el Edicto de Nantes que había proporcionado cierto grado de protección a los protestantes que vivían en su reino. 

Muchos cristianos abandonaron el país, y se establecieron en Holanda, Inglaterra, Irlanda, Norteamérica, y Alemania con el propósito de evangelizar esas tierras. Muchos de esos cristianos murieron en las prisiones, otros en las galeras. Y lo más trágico, que los más débiles abandonaron la fe. 

Fueron descuidados y no se aferraron a Cristo. ¿Cual fue el resultado? La devastación de Europa y a los más ilustre emprendedores persiguieron, todo por no doblar su rodilla ante el Papado. Prefirieron ser fieles a Cristo y este crucificado, antes que doblar su rodilla ante las imágenes. 

Dios nos ha dado unos talentos, que cada uno debe de desarrollar y ponerlos al servicio de Dios, como fiel siervo. 

Estos cristianos eran los siervos malos de la parábola de los talentos que presento Jesús (Mat. 25:26). 

El cristiano celoso siempre mantendrá su interés en la causa de Dios en el punto de ebullición. Su fervor le dará poder ante los hombres (Hech.18:25,28), y le traerán poder de Dios. 

El apóstol Juan era “un predicador poderosos, ferviente y profundamente solícito... y el fervor que le caracterizaba enseñando la palabra. En la historia hay hombres y mujeres de este talante. Seamos imitadores de Cristo.

MARANATA.

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NOTIFICACION A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7 (a través de https:// se puede ver estos blog)Dentro de un mes me tienen que intervenir, y estaré convaleciente un mes. Durante ese tiempo no podré poner las matutinas. Oren por mi.

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