Este pasaje tiene que ver con nuestro carácter, y en lo más profundo de nuestro corazón. La expresión “los hijos de este siglo” (Luc.16:8; 20:34), se puede traducir cómo ·los hijos de este mundo”.
Cristo nos enseña, que antes de su venida, los hijos sería desleales, ingratos, amadores de los placeres más que de Dios etc. Lentamente nos estamos acercarnos a los limites de esta profecía.
Creo que los cristianos no deberían vivir con los usos y costumbre de este siglo. Estamos en el umbral cómo estuvieron Sodoma y Gomorra.
El cristiano no debe vivir de acuerdo con los usos de este siglo, como acostumbraban hacerlo cuando vivían de acuerdo a las costumbre de este siglo.
El cristiano debe de experimentar una transformación mental y espiritual, por medio de la renovación de su mente.
Esa transformación es una “metamorfosis” del creyente a la imagen de Cristo; en 2º de Cor. 3:18 se describe la transformación del creyente a la imagen de Cristo.
Describe al cristiano emancipado de las influencias degradante del mundo, susceptible a la influencia transformadora de Dios, que avanza hacia el blanco de la madurez cristiana.
¿Cómo podríamos saber si nos encontramos entre los que disfruta de esta experiencia?
Dios nos ha concedido la facultad de razonar de la persona, el hombre tiene una capacidad para discernir entre lo correcto, y lo espurio.
Antes de su conversión su mente es carnal, y sirve al pecado. Pero cuando ocurre la conversión, la mente queda sujeta a la influencia del Espíritu Santo.
Si usted tuviese tres cosa que eligiese, ¿Revelaría mi elección a la conformidad con el mundo? 2º ¿Elegiría los vienes materiales, poder, o placeres¿ 3º
¿O mi elección reflejaría la influencia renovadora del Espíritu de Dios? Pero cuando ocurre una conversión, la mente queda sujetada a la influencia del Espíritu de Dios.
El resultado es que “nosotros tenemos la mente de Cristo” (1º Cor.2:13-16).”La palabra 'os daré corazón nuevo' significa 'os daré una mente nueva” (EGW 18-12-13).
Cristo nos lava y nos pone un manto de justicia cuando lo elegimos a él (Rom 6:3-13).Con frecuencia nuestra religión es muy superficial. Nos unimos a la iglesia, asistimos a las reuniones y nos adherimos a ciertos principios.
Sin embargo, nos permitimos conformarnos al espíritu del mundo. Nos falta madurez y profundidad espirituales. ¿Que es lo que mas queremos de esta vida y por qué cosa estaríamos dispuesto a morir?
MARANATA.
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