martes, 2 de febrero de 2016

UN MUNDO HAMBRIENTO PARA SATISFACER AL HOMBRE.


Porque los rectos habitaran la tierra, y los perfectos permanecerán en ella. Mas los impíos sera cortados de la tierra. Prov. 2:21-22.
La obediencia a la voz de la sabiduría no sólo beneficia en la vida presente, sino que también llevará a la vida eterna en la hermosa tierra nueva. 

El desprecio de la Palabra de Dios ocasiona dificultades en esta vida y produce la muerte de todos los que siguen el pecado. Serán “cortados” de tal modo que no quedará rastro de ellos (Abd. 16; Mal.4:1).
¡Un mundo necesitado! En general, America. Fue conquistada por hombres y mujeres que anhelaban un hogar de libertad para adorar a su Dios. 

Los primeros colonos establecieron sus poblados venciendo a la naturaleza hostil. 
 Las selvas vírgenes les dieron tierra para ser cultivadas. Los primero colonos afrontaban el hambre, la enfermedad y la muerte, en esos primeros años. Pero su valor jamas decayó. La tierra cultivada proveía sus necesidades. 
 Al venir otros colonos se esparcieron hacia el norte y el sur, el oeste y siempre hambrientos de tierra. 
 
Así crecieron las naciones y sobrevivieron bajo las bendiciones del Altísimo. Abrahán bajo con la conducción divina, miraba hacia la tierra que Dios le había prometido tanto a el como a su familia (Heb. 11:8). 
 Viajo por fe a través de la tierra de Egipto. 

Se enfrento con peligros desconocidos a fin de entrar en la tierra prometida. Los hijos de Israel, esclavos por centurias, tenían necesidad de la tierra. Los llamó a salir de Egipto y los guió hacia la tierra que había prometido a sus padres. 
 Sólo en su propia obstinación y falta de fe tardaron 40 años en poseer la heredad de sus padres. 

Solo cuando el último de los rebeldes murió entonces comenzó la marcha final hacia la Canaan. Conquistaron reinos y tierra de gigantes, y Dios hizo prodigios delante del pueblo y de las naciones. 
 La historia de Israel tiene que servirnos de ejemplo al Israel espiritual. 

Dios tiene un pueblo fuera de su pueblo y que muy pronto se un ira para avanzar a la Canaan celestial. 30 Nuestro texto nos habla de otra tierra: La tierra de la promesa. Estamos pasando por el desierto de las naciones. 
 ¡No seamos como ellos! Incrédulos y falta fe fe. Sus habitantes son fácilmente reconocibles. Son rectos. Por qué fueron transformados por el Espíritu Santo. 

¡Y qué hermosa tierra será el Edén restaurado. Pablo dice: Como esta escrito: Cosa que ojo no vio, ni oreja oyó. 
Ni ha sibido en corazón de hombre, Son las que ha Dios a preparado para aquellos que le aman. 

Un sólo árbol producirá doce frutos para sanidad de las naciones (Apoc. 22:2). Muy pronto el mismo Dios guiara a su pueblo desde los desiertos del pecado y los hará atravesar el Jordan espiritual.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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