Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Jueces 15:14.
Notemos que siempre que Sansón actúa es bajo la dirección el Espíritu Santo. Hay momentos de su historia que actúa como persona normal, pero no así cuando esta bajo la influencia de Dios.
Es extraña, por cierto, la historia de Sansón ante los ojos humanos. Dios no escatima en poner lo bueno de los hombre como lo malo de ellos. Podría haber sido uno de los grandes dirigentes de Israel, pero su meta fue una filistea incircuncisa que no temía a Dios, es por eso que Sansón no dirigió al pueblo.
Fue uno de los hombres más fuertes de la historia que vivió pero su fortaleza fue usada fue usada en la mayoría de las veces para su uso personal y para su propria gloria antes que para glorificar a su Dios. Supo que su suegro le había dado esposa a otro. N venganza tomó trescientas zorras, les ató las colas de a dos, ató antorchas a sus colas y las soltó en los trigales de los filisteos, destruyéndoles la abundante cosecha.
En
venganza los filisteos mataron a la mujer y al suegro de Sansón.
Sansón fue a Judá. Los filisteos lo siguieron allá. Los hombre de
Judá tuvieron miedo y acordaron traicionar a Sansón. Tres mil de ellos ataron a Sansón, después de asegurarle que no le aria daño. Entonces lo entregaron a los filisteos. ¡Que extraño que tres mil hombres no siguieran su dirigente!
¡Quién sabe las victorias que podían habar ganado juntos, especialmente si hubiese estado motivados por el servicio de Dios y no de venganza! Aunque Sansón estaba procurando su venganza personal para satisfacer su orgullo y vanidad herido, Dios no lo abandonó. Vino el Espíritu de Dios a Sansón y le dio fuerza para romper sus ataduras y despedazar a sus enemigos.
Sansón no tenia armas, sus únicas armas eran sus manos, y ataco a los filisteos enemigos de Israel. Hoy no hay Sansones que pueda dar la victoria a su pueblo. Pero si hay Sansón/as Espirituales dentro del pueblo de Dios que hacen su voluntad. El problema de Sansón fue que ninguna vez atribuyo a Dios sus victorias.
“Con una quijada de asno mato a mil hombres” , se jactó de su hazaña. Después de la batalla, muerto de sed por el fragor de la lucha, clamo a Jehová pidiéndole que le diese agua para calmar su sed.
Hasta donde sepamos, en este caso y otros ,más son los únicos registros de una oración de Sansón pidiendo un favor a Dios. Que gran dirigente habría sido si hubiese sido un hombre de oración!
Cuando la oración y la meditación junto con el estudio de la Biblia, se deja a un lado la gratitud se olvida y no se da gloria a Dios. Es entonces cuando la decadencia humana es sustituida por el orgullo y la vanidad.
¿No busquemos nuestra propia conveniencia? ¿Por qué no nos dejamos guiar por el Espíritu de Dios para darle gloria y honra? No seamos como Sansón.
Maranata
Gracias
por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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