sábado, 5 de septiembre de 2015

"MAS QUE VENCEDORES"

antes, en todas cosas somos más que vencedores por medio de aquel nos amó. Romanos 8:37.
Mediante el poder de Cristo que nos da, el hombres mujeres puede ser “más que vencedor”. Pero la raza humana no puede crear este poder por si sola. 

Solamente se puede adquirir mediante el Espíritu Santo y loa méritos de Cristo. Lo cierto es que el hombre necesita discernir profundamente “que excede a todo conocimiento” los misterios de la naturaleza de Cristo y los misterios del amor (Efesios 3:19). 

El creyente debe vivir en los cálidos y cordiales rayos del sol de Justicia. Sólo la mente y la compasión de Cristo, su vida y su divina gracia, su poder imponente pueden capacitarnos para desbaratar al implacable enemigo y someter nuestros corazones rebeldes. 

Pero para los indoctos de este mundo es locura comprender el significado del amor de Dios. ¿Cual es nuestra fuerza? Pablo lo deja muy claro. El gozo del Señor. Que el amor de Cristo llene nuestros corazones y estaremos preparados para recibir el poder que él tiene para nosotros. 

Ninguna persona es tan vil, nadie ha caído tan bajo que este fuera del alcance de la obra de ese poder. 
vf2222vf21 En todos los que se someten al Espíritu Santo, ha de ser implantado un nuevo principio de vida: la perdida imagen de Dios ha de ser restaurada en el hombre. (P.V.G.M. p.42).

 Debemos entregarnos cada día al Espíritu Santo, para que él haga la obra en nosotros y nuestros corazones sean renovados. ¿Cual es nuestra fuerza? El gozo del Señor. Que el amor de Cristo llene nuestros corazones cada día y estaremos preparados para recibir el poder que él tiene para nosotros. 

La alabanza y la gratitud debe estar todos los días en nuestros labios por las bendiciones que nos da cada día. Si el agente humano se humillara delante de Dios, el trabajo que es necesario hacer para que tu alma sea purificada; si echaras lejos tu propia justicia, Cristo moraría en tu corazón. 

Pondría su mano en tu corazón para crearte de nuevo, y seguiría la obra de restauración hasta llegar a ser un hombre completo en Cristo.  Cristo nunca descuida la tarea que se le ha encomendado. 

Infundirá en el corazón del discípulo un sentido de la perversidad, de la pecaminosidad, de la depravación del corazón sobre el cual esta trabajando el Espíritu Santo. El verdadero penitente se da cuenta de la nulidad de la importancia propia. 
Mirando a Jesús, comparando su propio carácter defectuoso con el carácter perfecto del Salvador, dice: “No poseo nada de valor; solamente me aferro a tu cruz” (Basado en R. and H. 31-3-1904).
Maranata
Gracias por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis José de Madariaga.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http:// segunda venida apocalíptica
La Biblia a través del tiempo.

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