sábado, 26 de septiembre de 2015

NADA ES DEMASIADO PEQUEÑO PARA DIOS


Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le buscare. Bueno es esperar callando en la salud de Jehová. Lam. 3:25,26.
Hay pocos que realmente aprecian y aprovechan el precioso privilegio de la oración. 

Espera. Aquí está la clave para lograr la confianza en la adversidad. Esperar implica fe y paciencia. Deberíamos ir con más frecuencia a Jesús y contarle nuestros problemas y nuestras cargas, pequeños y grandes. 

Todo lo que pueda causarnos dificultades, deberíamos llevarlo al Señor en oración. (T. tom. 5. p. 200, 201). El creyente esta o estamos perdiendo muchas y preciosas bendiciones al dejar de llevar nuestras necesidades, problemas y pesares a nuestro Salvador. El es el admirable Consejero. 

Vela sobre su pueblo con intenso interés, y con un corazón lleno de tierna simpatía se impone de la hondura de nuestra necesidades. Pero nuestro camino no son siempre sus caminos.  El ve el resultado de cada acción y nos pide que confiemos con paciencia en su sabiduría, no en los supuestamente sabios planes de nuestra bana sabiduría. 

No cesemos de orar. Si la respuesta se tarda, esperadla. Poned todo vuestros planes a los pies del Redentor.    

Haciendan vuestras oraciones al lugar Santísimo ha Dios no le importuna, ni la hora ni el momento, él Señor esta atento a nuestras oraciones.  

Si es para la gloria de su nombre, oires las confortables palabras: “Sea hecho conforme a tu palabra”. “El esperar en silencio es un don”. El profeta resalta la importancia de someterse valientemente a los caminos de Dios, los cuales, a la larga siempre son los mejores (Rom. 8:28). 

No podemos cansar a Cristo con fervientes suplicas. No dependemos de Dios tanto como deberíamos. Dejemos Dejemos de pronuncia palabras de quejas. Hablemos de fe y de animo mientras esperamos a Dios. Tened temor de la duda, para que no llege a ser un hábito que destruya la fe. 

El proceder del Padre celestial puede parecernos oscuro, misterioso e inexplicable, sin embargo debemos confiar en él (Carta 123, 1904).

Toda oración sincera que se eleva es mezclada con la eficacia de la sangre de Cristo. Si la respuesta tarda es porque Dios desea que mostremos una santa osadía en reclamar la palabras que él empeño. Fiel es el que prometió. Nunca abandonará al alma que se entrega plenamente en él. (Manuscrito 19-1892).
Maranata
Luis José de Madariaga.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http:// segunda venida apocalípticaMaranata
La Biblia a través del tiempo.

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