viernes, 25 de septiembre de 2015

¿PUEDE ENDURECERSE EL CORAZÓN DEL HOMBRE?


Entre tanto que se dice: Si oyeres hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. Heb. 3: 15.
La historia del antiguo Israel es un ejemplo patente de lo que experimentaron el pueblo de Dios, así como sacó a los israelitas de Egipto. 

 “Si oyeres … su voz. Es evidente que se incluye más que el simple oír. Se hace una referencia a un oír eficaz; es decir, un oír que produzca un ación inmediata. Cf. Mat.7:24-27; Apoc.1:3. 

No era la voluntad de Dios que Israel peregrinase durante cuarenta años en el desierto; lo que él quería era conducirlos a la tierra de Canaán y establecerlos allí como su pueblo santo y feliz. 

Pero “no pudieron entrar a causa de su incredulidad”.(Heb. 3:19). Perecieron en el desierto a causa de su apostasía, y otros fueron suscitados para entrar en la tierra prometida. 

Asimismo, no es la voluntad de Dios que la venida de Cristo se dilatara tanto, y que su pueblo permaneciese por tantos años en este mundo de pecado e infortunio. (CS. p.510-511). 

Este “hoy” de David se refiere a sus propios días (Sal.95:7), Pero Pablo declara, guiado por la inspiración, que la verdad que aquí se presenta se aplica con igual fuerza en los días del NT. El 

Espíritu Santo nos da el mismo mensaje (Heb.4:7-9). Esta misma misericordiosa exhortación que invita a los hombre a encontrase con Cristo “reposo” para el alma, se ha proclamado generación en generación. Pero la misericordia pronto cesará de suplicar, y terminara el día de salvación. 

Pero la incredulidad los separo de Dios. Muchos se negaron hacer la obra de Dios, fueron llamados para llevar la salvación al mundo, pero su orgullo no les hizo doblegar su corazón. Jesús difiere su venida para que los pecadores tengan oportunidad de oír el aviso y de encontrar amparo en él. 

Pero antes de que esto se produzca, tiene que haber entre los dirigentes un estado de arrepentimiento entre ellos y pedir perdón, y por ende toda la feligresía. El pueblo de Dios debe de dejar las costumbres del mundo, hacer un exhausto examen de conciencia y como consecuencia un abandono de sus practicas. 

Si esto no se hace la gran mayoría del pueblo de Dios se perderá, al igual que el antiguo Israel. No tentemos a Dios como en el desierto, o no seamos rebeldes, no pongamos a prueba a Dios. 

El Señor nos da un mensaje de esperanza: To temas, que yo soy contigo. . . siempre te sustentaré con la mano de mi justicia. Porque yo Jehová soy tu Dios. . . No temas, yo te ayudaré. (Isa. 10, 13).
Maranata
Gracias por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis José de Madariaga.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http:// segunda venida apocalípticaMaranata
La Biblia a través del tiempo.

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