martes, 29 de septiembre de 2015

UNA ORACIÓN FERVIENTE


Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestros corazón; Dios es nuestro refugio. Sal. 62: 8. El salmista hace referencia a los pueblos que no le abandonaron
(2 Sam. 17:2)  
En sus días de peregrinaje, pero también se extiende a los hombres y mujeres de todo el mundo que oye la palabra de Dios y la pone por obra. La oración es el acto de abrir el corazón (la mente) a Dios como a un amigo de verdad. 

El ojo de la fe ve a Dios muy de cerca y el suplicante puede obtener preciosa evidencias del amor divino y el cuidado hacia él. Pero 

¿Por qué tantas oraciones no son jamás contestadas? . . . El Señor nos da la promesa: “Y me buscarais y me hallareis, porque me buscáis e todo vuestro corazón” Jer. 29:13). 

Habla también de algunos que “no clamaron a mi con su corazón” (Ose. 7: 14). Tales peticiones son oraciones en la forma, de labios afuera, que el Señor no acepta. . . 

Se necesita la oración -oración ferviente, sincera como la que ofreció David cuando exclamó: 

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
así clama por tí, oh Dios, el alma mía”. “Yo he anhelado tus mandamientos”. “He deseado tu salvación”. “Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne canta al Dios vivo”. 

“Quebrantada está mi alma de sea tus juicios en todo tiempo” (Sal.42:1; 119:40, 174; 84:2; 119:20). 

Este es el espíritu de la oración que tenia el salmista, este debería ser nuestra oración y nuestra demanda, empezando por un servidor. 
 
Cristo en el Getsemaní oraba intensamente en su agonía, oraba más intensamente. (Luc.22:44). Es muy triste que solo oremos intensamente cuando pasamos por una situación muy critica, ¿Que pasa con el resto del año? ¿No oramos intensamente? 

Luego Dios tiene razón, somo tibios, ciegos y desnudos, es por eso que no nos acordamos de Dios, pero si cuando suenan los relámpagos. En qué contraste con esta intercesión de la Majestad del cielo están las débiles, tímidas oraciones que son ofrecidas a Dios. 

Muchos nos conformamos con un servicio nominal, y solamente unos pocos tienen un sincero, ferviente y afectuoso anhelo de Dios. (T. t. 4. p. 533-535). Vuestras oraciones pueden elevarse con una importunidad que no admite rechazo. Esto es fe (Manuscrito 8, 1892). (comentario de la foto
esta sacado del CS. p. 387) 
Maranata
Gracias por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis José de Madariaga.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http:// segunda venida apocalípticaMaranata
La Biblia a través del tiempo.

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