sábado, 19 de septiembre de 2015

MANTENEOS EN LA LUZ DIVINA


Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 2º Corintios 4:6.
 
Dios creó la luz su palabra, con una sencilla orden (Gén.1:3; Sal. 33:6,9).Las primeras palabras de Dios que se registran hicieron aparecer la luz donde sólo había tinieblas (Gén. 2:2). 

Dios no sólo creó la naturaleza, sino que envió a su Hijo para que fuera “la luz del mundo” (Juan 8:12). Toda la luz física, intelectual, moral y espiritual ha tenido su origen en el Padre de la luz (Sat. 1:17). El “se cubre de luz como de vestiduras” (Sal. 104:2). Dios es por su naturaleza, luz (Sat. 1:17; cf. Juan 1:4-5,9,14). 

Se ha tomado medidas para la comunicación entre el cielo y nuestras almas sean libres y abiertas. El hombre finito puede ponerse donde los rayos de luz y la gloria del trono de Dios sean concedidos abundantemente. La luz del conocimiento de la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo puede resplandecer sobre ti. 

El hombre puede colocarse donde pueda decirse de él: “Tú eres la luz del mundo o vosotros sois la luz del mundo” La comunicación es vital entre el hombre y el cielo si no fuera por ella, no existiría la luz en este mundo. Como Sodoma y Gomorra, todos los hombres perecerán bajo el justo juicio de Dios. 

Pero el mundo no ha sido dejado en las tinieblas. La longanimidad misericordia de un Dios misericordioso que todavía extiende a los hijos de los hombres su amor y él desea que los rayos de luz que mana de su trono sea reflejados por los hijos de la luz. 

¿Quien son los hijos de la luz? Aquellos que hacen la voluntad de mi Padre. 

Es nuestro privilegio estar en la luz del Cielo. Así fue como Enoc caminó con Dios y vivió una vida justa e lo que lo es para nosotros hoy en nuestros días. 

El mundo de su tiempo no era más favorable para el crecimiento en gracia y santidad de lo que es ahora en nuestro siglo. Mediante la oración y la comunión con Dios Enoc pudo escapar de la corrupción que había en el mundo a causa de la concupiscencia. 

Estamos viviendo en los peligros de los últimos días, y esto se nota más en la iglesia que fuera de ella, debemos recibir nuestra fuerza de la misma fuente que es Cristo. Debemos de caminar con Dios. 
Se nos pide una separación del mundo, porque el mundo a entrado a la iglesia, y por eso no estamos libres de la contaminación, pero seremos libres si seguimos el ejemplo de Enoc.
Los que profesan la religión de Cristo deberían comprender la responsabilidad que pesa sobre ellos. 

Osea, nosotros. Deberían darse cuenta (nosotros) que esto es una obra individual (Review and Herald, 9-1-1900 .
Maranata
Gracias por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis José de Madariaga.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http:// segunda venida apocalíptica
La Biblia a través del tiempo.

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