martes, 29 de abril de 2014

¡QUE GUISO TAN CARO!

[Esaú] dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, (Lentejas rojas) pues estoy muy cansado. . . Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. . . Entonces dijo Esaú: aquí yo me voy a morir, ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? (Gén. 25:30-32)

"Nunca hubo comida, excepto la fruta prohibida, que constara tan caro como este guiso" (Moody).  Para la mente occidental moderna resulta difícil entender la pérdida que experimentó Esaú y la ganancia que obtuvo Jacob en el negocio de la primogenitura. (Foto Esaú y Jacob).

La ley de aquel tiempo establecía que ciertos derecho y privilegios pertenecía al primogénito, osea al hijo mayor. [Según el código de Hammurabi. Este caso lo vemos repetido con Abraham y Sara, cuando Sara le da su concubina, según el código de Hammurabi, articulo 144-147 y 146. (H. de Israel t. I, p.126). También se aplica a la primogenitura.

¿Exactamente qué perdió Esaú por obtener ese guiso? En primer lugar, perdió el derecho de suceder a su padre como cabeza de la familia.  En segundo lugar, perdió su derecho de heredar una noble porción de la propiedad de su padre.  En tercer lugar, perdió la bendición especial que acompañaba a la primogenitura.

Este punto era el más importante de todos, pues cuando Esaú descubrió que su hermano había obtenido la bendición, "clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y dijo:  Bendíceme también a mí padre mio" (Gén. 27:34).  Pero era demasiodo tarde.  La bendición había sido dada a Jacob. Hermanos, pueblos y naciones de ahí en adelante reverencíarian a Jacob en lugar a Esaú.

"¡Cuántos aun hoy día, por este insensato placer, mal llamado libertad, venden su derecho a una herencia pura, inmaculada y eterna en el cielo (PP. P. 177,178).  ¿Por qué no damos hoy un vistazo a nuestra propia manera de vivir?  ¿Que diferencia hay entre nuestras mujeres, con las del mundo? No hay ninguna. ¿Donde están esas mujeres imitadoras de la Madre de Jesús, piadosas y temerosas de Dios?

En este mismo momento hay miembros de iglesia que están vendiendo sus almas por algunas complaciencias pasajera.  ¡Tantos de nosotros dedicamos prácticamente toda nuestra horas útiles a trabajar por una diaria ración de potaje de placeres de este siglo!

No tenemos tiempo para pensar en nuestra primogenitura.  Recordemos que lo más importante de la primogenitura es el hecho de que es espiritual.  Las realidades eternas deberían ocupar el primer lugar en nuestros pensamientos y en nuestro tiempo. (Foto. Placeres de esta vida).

Todas las demás cosas que hagamos pueden ser buenas en sí mismas, pero esas "cosas buenas se transforman en malas si permitimos que ocupen el lugar de los privilegios de nuestra primogenitura.
Maranata. 

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