miércoles, 9 de abril de 2014

"NO VOLVERA A MI VACIA"

Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá amí vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. (Isa. 55:11).

La palabra de Dios representa su voluntad y esta dotadas de poder para esa voluntad y ser efectiva.  Tiene poder para crear (Gén. 1:3; Sal. 33: 6, 9), para impartir energía, y vida espiritual al hombre abatido.(Dut.8:3; Mat.4:4; Apoc. 1:3).  Así como ocurre con la lluvia y la nieve, así ocurre con la palabra de Dios, lo riega y lo hace crecer.

Se cuenta la historia de un hombre que llego a una gran ciudad, y se encontró una caja bacía donde aparco el coche.  La caja estaba rota y llena de libros.  Al parecer, a nadie le importaba la caja llena de libros.  Y al parecer esos libros hacia mucho tiempo que estaban allí, algunos arrugados por la lluvia y el frió.
¡Aquien le importa unos libros feos y sucios!

Este hombre empezó a ojear los libros. Entre todos los libros encontró uno que le llamo su atención, el titulo de ese libro era: Estudios Bíblicos para el Hogar.  Le hecho un vistazo y le pareció muy interesante su contenido, y
recordó el interés de su amada esposa el interés que tenia en estudiar la Biblia.

Su amada esposa había estado en el hospital bastante enferma, y allí había encontrado a una joven Adventista que visitaba a su hija que se encontraba en la misma habitación. El ejemplo de esta mujer le causo un gran impacto, así que con el libro que su marido le había traído empezaron a estudiarlo. Esto me hace recordar los libros que hemos dejado en los autobuses, en el tranvía, en los bancos de las plaza, y en los trenes. No llegara a Dios vacía, se que tocara corazones.

Esta familia fue cambiada, el hombre dejo de beber y de fumar, la mujer empezó a llevar junto con su familia una vida sana, Cristo llego a ser el centro de su hogar. Esta familia llego a ser cristiana y guardar los mandamientos de Dios, y todo por una caja llena de libros.

La pluma de la inspiración nos asegura que "quizá durante algún tiempo la buena semilla permanece inadvertida en su corazón frío y egoísta, sin dar evidencia de que se ha arraigado en él; pero después, cuando el Espíritu de Dios da su fruto para la gloria de Dios.

¿Te as preguntado alguna vez yo no valgo para dar testimonio de Cristo? Querido amigo/a todos tenemos un don escondido, que debemos sacar para la gloria de Dios, tu lo tienes.  Una sonrisa, una revista dejada en un lugar, un pastel para tu vecina, son actos de amor que pueden llevar almas a Cristo. 
Hemos de hacer nuestro trabajo y dejar a Dios los resultados.  No nos desanimemos. Sigamos sembrando. Dios dará el crecimiento a la semilla puesta por ti y por mi.
Maranata. 

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