sábado, 19 de abril de 2014

EL HABITO DE LA ORACIÓN.

Orar sin cesar. (1º Tes. 5:17).

El psicólogo William James describe gráficamente el poder del hábito: "El borracho Rip Van Winkle, en la obra teatral de Jefferson, se excusa a sí mismo por cada neligencia Culpable diciendo: 'No voy a tomar en cuenta esta vez'.  El puede tomarla en cuenta, pero. . . allá en lo profundo de la neuronas y las fibras nerviosas, las moléculas están "tomando eso en cuenta.  Así se profundiza el hábito, ya sea bueno o malo"

Literalmente "orad incesantemente"  Es tener un avis a vis con tu creador, es tener una comunicación constante, cuando vas por la calle, en el trabajo, o cuando esta en la cocina preparando la comida. 

 Sea esto real en el hábito de la oración.  El texto no significa que debemos estar continuamente de rodillas.  Ni que el tiempo dedicado a la oración ha de menoscabar el que dediquemos a ganarnos la vida.  Lo que sí sugiere es una actitud o estado de la mente; moléculas condicionadas por la oración, fibras nerviosas y neuronas adtivas.

Un espíritu de oración debe de exhalar la vida del cristiano.  Nunca se debe de cortar la relación con Dios (Luc.18:1).  Pablo trabajaba "de noche y de día"  (1º Tes. 2:9).  Sus oraciones no disminuían debido a su actividades.  La pregunta es: ¿Esta muriendo nuestra alma por falta del aliento espiritual?

Una vez, un oficial se quejó al general Stonewall Jackson de que algunos soldados hacían ruido en sus carpas.
-¿Qué están haciendo? -pregunto el general.
-Están orando -fue la respuesta.
-¿Es ése un crimen? -inquirió el general.
-El código militar castiga cualquier ruido indebido -fue la réplica.
-No permita Dios que la oración sea un ruido indebido en este campamento -respondió Jackson.

¡ojala la oración no sea un ruido indebido en los hogares!  ¿Que pasa en tu hogar?  "Pablo oraba de noche y de día" (1º Tes. 3:10) Siempre mantenía una relación intima con su Dios.  Nuestra alma se alimenta con la oración y el estudio de la palabra.  Ninguna otra cosa puede llegar a esa parte vital del hombre, sino llega ese flujo continuo morirá el espíritu del hombre a menos que se alimente.
Maranata. 

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