domingo, 9 de febrero de 2014

EL MANTO DE HUMILDAD.

Igualmente, mancebos, sed sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros.  Revestíos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 1º Pedro 5:5.

En tiempos de Pedro la juventud ya empezaba a ser rebelde, ya no con sus padres sino con los ancianos de su iglesia.  Si los ancianos tenían que estar sometidos al liderazgo de Cristo, también los cristianos más jóvenes debían someterse a la dirección de los ancianos.  Es decir, los "jóvenes" debían respetar la experiencia y el juicio de los "ancianos" 

Pablo hace incapie en la sumisión, en el respecto, en humildad en las relaciones en ambos sentidos.  Hoy empleno siglo XXI, la mayoría de los jóvenes son rebeldes, a los padres, a los ancianos de su comunidad, y a la sociedad en la que viven.  Solo piensan la gran mayoría en la diversión y en el sexo.  No hay respecto hacia los mayores.

¿Que significa la humildad para el creyente?  El ser sumisos, no es necesariamente ser esclavo de otra persona, como en tiempos de Pablo o de Pedro.  Cuando hayáis logrado descubrir esta virtud, ¿podéis pensar en una persona realmente humilde? 

Miguel de Cervates dice en su famoso Diálogo de los perros que "la humildad es la base y fundamento de toda virtud, y que sin ella no hay alguna que lo sea".  Opina así el principe de los ingenios que la modestia y la discreción mejora las demás virtudes y enriquece la personalidad.  

Desde el punto de vista virtuoso, consiste en aceptarnos con nuestras habilidades y nuestro defectos, sin vanagloriarnos por ellos.  Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia, una persona humilde no es pretenciosa, ni interesada, ni egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente auto-suficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.
¡Quizás podáis hacerlo, pero dicha persona será la excepción.  En efecto, pocas personas desean realmente ser humilde, a lo menos en el sentido en que la mayoría considera la humildad.  Como se la entiende comúnmente, la humildad tiene mala reputación.

Es la humildad de la debilidad, que envilece a los individuos que casi son repugnantes en su profesión de modestia.  No podemos admirar semejante cualidad, porque es falsa. ¿Cuantos hombres y mujeres hay con una apariencia de humildad? Estoy seguro que conoceréis a muchos, dentro de vuestro ámbito.  El cristiano no debería pensar en el yo, ni en si mismo.  Hace dos días una persona amiga me decía: cuando salís a correr, si no os fijáis una meta, a la mitad del camino os volvéis a casa.  ¡Que razón llevaba!

De manera que, el individuo que piensa en si mismo andará sin dirección y no tendrá un propósito definido en su vida.  Y eso, no podría se el ideal de Dios para el hombre.  Dios desea que pensemos en nosotros y en los de más; nos dio dones que debemos compartir con aquellos más débiles. (foto. el orgullo de las riquezas).

La verdadera humildad nos coloca en nuestro lugar, esto es, en la debida relación con Dios y con nuestros semejantes.  Nos conduce al trono de la gracia, donde podemos vernos con él nos ve y entender lo que él quiere que seamos para con los de más.  Quiere Dios vestirte querido amigo/a con ese manto de humildad. Todo depende de ti.

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