Y de una sangre ha hecho todo el
linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la
tierra. Hech. 17: 26.
Este tema se toco hace tiempo,
pero siempre es bueno recordar de dónde venimos.
El apóstol Pablo presenta la verdadera histórica de que todos los hombres y, en consecuencia, todas las naciones, emanaron de un antepasado común Adán.
El apóstol Pablo presenta la verdadera histórica de que todos los hombres y, en consecuencia, todas las naciones, emanaron de un antepasado común Adán.
Esta creencia, ningún griego, y menos ateniense, estaría
dispuesto a aceptar. Para los atenienses la distinción entre griegos
y bárbaros era radical y esencial.
Tenía la creencia que por
naturaleza el uno ere esclavo del otro (Aristoteles, Política i. 2.
6). Pero para Pablo no había lugar para una raza superior.
El creía
en el relato del Génesis tal como lo presenta Dios través como lo
relata Moisés. Pablo veía la unidad de la estructura física, del
potencial, del verdadero desarrollo, lo que prohíbe que una raza
-hebrea, griega, hispania o teutónica – pretenda ser la flor y
nata de la humanidad, y menos de un animal (cf. Gálatas. 3:8 y Col.
3:11), donde Pablo destaca la unidad que se había alcanzado por medio
de la fe en Cristo.
Cito las palabras de Channing Tobías: “Si
haces diferencia conmigo porque soy sucio, puedo limpiarme. “Si
haces diferencia conmigo porque soy malo, puedo reformarme y ser
bueno.
“Si haces diferencia conmigo porque soy ignorante, puedo
aprender. “Si haces diferencia conmigo porque tengo malos modales,
puedo mejorarlos.
“Pero si haces diferencia conmigo a causa de mi
color, haces diferencia conmigo a causa de algo que Dios mismo me dió
y sobre lo cual no tengo control”.
El Creador determinó que los
hombres poblase la tierra, sin asignar superioridad a los habitantes
de una determinada región. Dios organizo la creación de tal manera
que todos, si así lo desean, pudiesen buscar a Dios.
Por eso la
iglesia de la cual formas parte es una iglesia mundial. En la cual la
misión que nos recomendó Jesús es de ir a predicar el Evangelio a
toda nación tribu y lengua.
Si perdemos de vista este blanco
entablando conversaciones quien es superior a quien, estaremos
haciendo como lo griegos, y perderemos de vista la gran salvación.
El mensaje que Pablo nos quiere transmitir es el mensaje cristiano,
que todos somos de una misma sangre y esta destinado para la
eternidad en el reino celestial.
No importa que tú seas griego,
hispano, o africano, lo importante es que seas un mensajero de la
palabra para salvar de otros.
Lo importante para un cristiano
es dar un buen testimonio ante los hombres.
Y que ellos vean a través
de ti, la obra que Dios ha hecho. Sólo entonces puedes dar
testimonio del mensaje del tercer ángel. Y si no fuera así, tu
testimonio caería en saco roto.
MARANATA.
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