EL FUNDAMENTO VERDADERO.

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. º1 Corintios 3:11.
Una de las cosas que debemos de tener en cuenta es: Dios no aceptará el servicio más espléndido, ni el talento más brillante, a menos que esté puesto sobre la Piedra viviente fundamental y esté relacionado con ella, pues sólo esto da verdadero valor a la capacidad que se posee y la convierte en un servicio viviente para Dios. (R. T. P-80). 

En nuestro mundo hay dos clases de de salvador, una la que los hombres imponen a través de las imanes, que los dirigentes de la iglesia dominante han impuesto como tradición. 

Estos semidioses o semidiosas, no están dentro del cano bíblico ni del AT ni del N.T. Pablo lo deja muy claro, no hay otro medio de salvación, sino sólo Cristo. 

Estos otros dioses no pueden salvar a nadie, y no tienen nada de salvadores. Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan.14:6).

Pablo en Romanos nos dice: Fija la mente en las cosas del Espíritu y hacer que los pensamientos y deseos sea gobernados únicamente por el Espíritu de Dios da como resultado esa saludable y vivificante armonía de todas la funciones del alma, que es garantía y goce anticipado de la vida venidera. 

Pablo recalca, que Satanás conoce exactamente todos nuestros pecados, porque el nos tienta, y los presenta ante Dios como la evidencia de que los pecadores sólo merecen la destrucción (CS.676). 

Si el peor enemigo del hombre nos tienta a buscar otros dioses, con el propósito de no fijar nuestros ojos en aquel que murió en la cruz por nosotros. 

Pero Dios a tales acusaciones, presenta la vida y la sangre de Jesucristo como garantía de que son libres de condenación. 

Los que quieran conocer a Cristo debe ser a través de la oración, y orar es hablar con Dios, no en forma de letanías, o raciones a los diferente dioses o diosas. 

 La oración debe de ser intima en lo más profundo del corazón. Pablo menciona a Juan cuando dice: “Yo soy el camino. . .nadie viene al Padre, sino por mí. 

En la Biblia hay referencias para referirse a la intercesión del Espíritu Santo. 

Y las escrituras ratifican que Cristo es nuestro intercesor o abogado ante el Padre (Heb. 7:25; 9:24; 1º Juan 2:1 cf Heb. 4:14-16; 9:11-12). 

Solo es un ejemplo de los textos que hay. Pablo da una razón tras otra de que nada nos puede separar de Cristo. 

No dependemos de un Cristo muerto, sino de un Cristo vivo; sino de un Cristo con poder que intercede por sus hijos que clama de día y de noche.
MARANATA.

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