El deber para con Dios es: amaras
a Dios sobre toda las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Mateo
22:36-39
Los judíos siempre han querido
entrampar a Jesús en todo su ministerio. Es por eso que los fariseos
propusieron la pregunta para tentar a Jesús.
El que hizo la pregunta
probablemente lo estuviera “poniendo a prueba”.
Creo que no importa cuáles hubieran sido los motivos que llevaron a hacer dicha pregunta. Creo que el interprete de la ley fue honrado y sincero (ver. Mar. 12:28, 32-34), y que no tenía nada contra Jesús.
Creo que no importa cuáles hubieran sido los motivos que llevaron a hacer dicha pregunta. Creo que el interprete de la ley fue honrado y sincero (ver. Mar. 12:28, 32-34), y que no tenía nada contra Jesús.
En
nuestro tiempo, hay personas que nos hacen preguntas que nos pone
entre la espada y la pared. Quizás sin malicia, pero que son
envenenadas.
Es por eso que el cristiano tiene que estar preparado
para responder, y decir la verdad ante Dios y los hombres.
Aunque esta pregunta tenía que ver con los principios fundamentales, de la ley de Dios y su observancia.
Aunque esta pregunta tenía que ver con los principios fundamentales, de la ley de Dios y su observancia.
Este rabino seguramente quería poner
todos los mandamientos en orden de importancia.
El rabino entendía que había dos mandamientos en conflicto, el que se suponía el mayor tenía preferencia.
El rabino entendía que había dos mandamientos en conflicto, el que se suponía el mayor tenía preferencia.
“Amaras a Dios sobre todas las cosas” así
con esto en mente podría violar los mandamientos menores. Al pueblo
de Dios le ocurre lo mismo, damos importancia a los cuatros primeros
mandamientos, y violamos los otros seis (cap. 5:19).
Los fariseos
engrandecía los cuatro primeros preceptos del decálogo como de
mayor importancia que los últimos seis. En esta pregunta se cita
Deut. 6:5 (ver. Luc. 10:27).
Mediante el poder de la gracia de
Cristo, una persona pueda comenzar a observar los preceptos de la ley
divina, debe tener amor en el corazón (cf. Rom. 8:3-4).
La
obediencia Dios que no nace del amor es tan imposible como inútil.
Donde existe el amor para con Dios, la persona automáticamente
pondrá su vida en armonía con la voluntad divina como está
expresado en sus mandamientos (ver. Juan. 14:15; 15:10).
Amaras a
Dios de todo tu corazón. Cristo nos enseña que si el amor de Dios
verdaderamente esta en nosotros, saturará todas los aspectos del ser
y de la vida.
El segundo es semejante. La enseñanza radica en que
los dos mandamientos se basa en el gran principio del amor, y que los
dos demanda la atención concertada y la cooperación de todas las
partes del ser.
Cristo cita Lev. 19.18 donde “tu prójimo es un
compatriota tu país.
Pero Jesús amplió la definición de “prójimo” y así incluyo a todos los hombres que necesitan ayuda (Luc. 10:29-37).
Pero Jesús amplió la definición de “prójimo” y así incluyo a todos los hombres que necesitan ayuda (Luc. 10:29-37).
Miqueas casi unió esta idea Deut. 6:4-5 y Lev. 19:18 ha
expresar cuál es el deber del hombre (Miq. 6:8). Pero fue Jesús
quien las unió y que constituye la base de la ética cristiana.
MARANATA.
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