DIOS PROTEGE A SU PUEBLO.

De Allí partió Abraham a la tierra del Neguev y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. . . Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. . . Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado. . . ¿Matarás también al inocente? Gén 20:1-5.

En tiempos de Abraham los pueblos cananeos estaban apunto de ser invadidos por las tribus hititas estaban avanzando hacía Canaán y a mesopotamia. 

La orden dada por Dios a Abraham era para evitar males mayores y para que siguiese su vida nómada. Ya que de momento eran tierras seguras para el pastoreo. 

La segunda evidencia de la protección de Dios fue evitar que se cometiera una ofensa contra el profeta de Dios. No olvidemos que el rey de Gerar, era un príncipe filisteo Gén 21:32). 

No sabemos porque Abraham ese modelo de fe, recurriera a aquella estratagema, sabiendo los problemas que tuvo en el pasado por tomar decisiones incorrectas. 

La intervención de Dios en momentos delicados y para evitar males mayores interviene avisando al rey del problema que se avecinaba. Tenemos muchos ejemplos en la Biblia. 

El Rey de Babilonia tuvo un sueño de lo que iba a pasar en el mundo. El sueño del Faraón, y como José al igual como Daniel fueron instrumentos de Dios. 

El Señor se compadece del rey de Abimelec, y le salva la vida, antes de cometiera un gran pecado. Dios advierte al ser humano de lo que va a ocurrir en este mundo, y quiere que se arrepienta y busque a Dios. 

Al igual que el rey intercedió por su inocencia, ante la gracia divina, de que fue engañado y que no cometió pecado. ¿Señor, ¿me matarás siendo inocente? 

Cristo como rey intercede ante el trono de la gracia, para salvar a aquel que se acerca en busca de perdón. Cristo obra de muchas formas y maneras en la vida del cristiano a través de los ángeles. 

Ayer mi amada esposa, vino de ver a una amiga cristiana, y me relató lo siguiente: Luisa la llevaron al hospital de su ciudad (zaragoza), le pronosticaron un cáncer. 

Con lágrimas y triste bajaba las escaleras del hospital. Luisa oraba a su Dios, bajando las escaleras, oyó una voz que le decía: “No tengas miedo, lo que tienes no es cáncer”. 

Luisa se dio la media vuelta para ver a la persona que le hablaba. 

Cual fue su sorpresa, que no había nadie detrás de ella. Dios envió a su ángel para tranquilizarla. 

Hoy Luisa tiene 84 años y da gracias a Dios por sus cuidado. 

Dios interviene para salvar a sus hijos, y para llevarles consuelo y paz. 

Vivimos en tiempos tan peligrosos como en los tiempos de Abraham. Pero el Dios de Israel cuidara a su pueblo, como lo cuido a Abraham. 

“Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos” Sal. 34:15

MARANATA.

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