martes, 2 de noviembre de 2021

PEDID CON HUMILDAD.

Pedid. Y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá Mateo 7: 7

Todo cristiano incluyendo “yo” mismo, tenemos que aprender de nuevo el poder de la oración. 

Cristo expuso a sus discípulos los altos ideales del reino de los cielos (cap. 5:21; al 7:6).

Jesús dedicó el resto de su sermón a presentar los medios por los cuales los ciudadanos de su reino pueden hacer que estas nobles virtudes sean parte de su vida (cap.7:7-12). 

Necesitamos conocer a nuestro Dios y tener confianza en que él nos oye y nos responde. 

Cristo conduce a sus oyentes a un punto donde los caminos se dividen y les llama la atención al hecho que la ciudadanía del reino divino exige un gran sacrificio personal, y no debiera tomarse a la livianamente. 

Dios puso un camino directo hacia el trono de Dios. ¿Podría alguien recordar alguna oración que el Señor le haya contestado conforme a su voluntad? Muchos de los judíos que estaban presente, deseaban la venida del libertador. 

Muchas oraciones y sacrificios eran ofrecidas con este propósito cada día. Cristo vino y el pueblo no le conoció. 

Debemos de reconocer los pecadores la imposibilidad que por nosotros mismo no podemos ordenar nuestra vida. Dios puso un mecanismo para que el hombre se pusiese en contacto con él. 

Cristo indica a sus oyente la fuente del poder está en la oración. Yo también anhelo una vida de oración más profunda que la que tengo. 

En muchas ocasiones el cristiano se siente abatido porque su oración no fue contestada. Nos tenemos que hacer una pregunta: ¿La petición que hemos hecho puede glorificar a Dios? 

En muchas ocasiones nuestra peticiones son contestadas de una forma diferente a la que esperamos. Dios siempre contesta nuestras oraciones. No como nosotros queremos. Recuerdo cuando conocí a Cristo, le pedía un trabajo. 

Estuve un año orando por ello, hasta que un Sábado cierto hermano me dijo que hablaría a su jefe de mi. Estuve orando toda la semana, y por fin la respuesta llegó. 

Y como en cierta ocasión el Señor mandó a un ángel para llevarme a otra ciudad. Dios siempre contesta nuestras oraciones. 

Es cierto que el cristiano renuncia demasiado pronto a pedirle a Dios. Deberíamos seguir orando, sin cesar. 

Dios responde algunas oraciones inmediatamente, pero otras se necesita más tiempo. 

Pero Dios siempre responde. Nuestra impaciencia puede terminar en desastres y perder nuestra fe en Cristo. 

Seamos pacientes pues estoy seguro que Dios te contestara a ti, y ami. La paciencia nos es necesaria y la fe en nuestro Dios.

MARANATA.

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NOTIFICACIÓN A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores: este blog se puede ver a través de https://s. Les pido que oren por este proyecto. Sal 62:7.

estoy seguro que le hubiera hecho feliz viajar por este camino romano.

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